AUSTRALIA.- Novak Djokovic fue recibido de pie y entre aplausos en su regreso al Australian Open, al que volvió con un triunfo.
Por si alguno tenía dudas de cómo iba a recibir el aficionado de Melbourne a Djokovic, tras su deportación hace año, quedaron completamente disipadas.
El tenista serbio obtuvo una multitud de aplausos desde el momento que pisó la pista, pasando por cuando fue presentado hasta el último punto del partido de primera ronda que le midió a Roberto Carballés (6-3, 6-4 y 6-0) .
Es cierto que había algunos compatriotas serbios, pero la mayoría eran seguidores australianos deseosos de ver al gran campeón. El tenista de Belgrado ya había sido bien recibido tanto en Adelaida como en el duelo de exhibición del pasado viernes frente a Nick Kyrgios. Quizás no era necesario que la organización advirtiera en la previa que un silbido hacia él sería sinónimo de expulsión del recinto.
Nadie ha ganado tanto como Djokovic en el Open de Australia. Un total de nueve títulos figuran en su palmarés y va a por el décimo a pesar de sus 35 años y de lucir un aparatoso vendaje en el muslo de la pierna izquierda.
“Gracias a la gente por el gran recibimiento en la pista más especial para mí”, expresó.
Son 35 victorias consecutivas en suelo australiano, de las que 22 son en el Melbourne Park. Para encontrar su último traspié hay que remontarse a los octavos de 2018 con el surcoreano Hyeon Chung.
Carballés hizo lo que pudo y fue mucho. El granadino incluso dispuso de un 0-40 con 2-2 en el primer set. Su condecorado adversario salvó esa situación con nueve puntos del tirón. Inmediatamente después sería él quien lograría la rotura. Sería suficiente para anotarse el parcial.
El partido se jugaba bajo techo porque empezó con lluvia en el cielo de la capital de Victoria. En el banquillo del jugador balcánico se hablaba de todo: su hermano Marko y su fisioterapeuta Milan Amanovic se expresaban en serbio; Goran Ivanisevic, su entrenador, en croata; sus agentes Edoardo Artaldi y Elena Cappellaro, en italiano, y su ‘sparring’ Carlos Gómez, en español.
También estaban los padres del tenista, Srdjan y Dijana, que no se pasaban por Australia desde 2008, precisamente el año que su hijo estrenó su palmarés en los ‘Grand Slam’.
Djokovic es tan perfeccionista que protestaba a los suyos el más mínimo error. Sólo con ese carácter y ambición sin límites se entiende que haya decantado a su favor 24 de sus últimos 25 partidos oficiales.
Se anotó el segundo y tercer set con una mayor dosis de inspiración. Por decimosexta vez consecutiva pasa a segunda ronda del grande de las antípodas.
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