Se cumple un año de la terrible tormenta de 2021 en Nuevo Laredo (VIDEO)

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NUEVO LAREDO.-El 17 de mayo se cumplió un año de uno de los momentos más trágicos que la población de Nuevo Laredo recuerde a causa de un fenómeno natural como se denominó a lo que algunas personas llamaron, tromba, otros, tornado y los especialistas en meteorología, Mezociclón.

Sin que durante el día hubieran las mínimas posibilidades de lluvia, por la tarde noche se empezaban a asomar algunas nubes grises que nadie se hubiera imaginado todos los destrozos que horas más tarde causarían a los neolaredenses.

Fue alrededor de las 10:30 de la noche cuando las gruesas gotas de lluvia, acompañadas de relámpagos, rayos y truenos, así como vientos entre los 150 kilómetros por hora, descargaron su furia contra miles de viviendas, negocios, parroquias, supermercados, hoteles, semáforos, letreros, árboles, vehículos, entre otros.

Se estima que fueron entre 45 minutos a una hora, la duración del fenómeno, tiempo suficiente que ocasionó la muerte de un ciclista que circulaba por el puente Mazatlán.

La tormenta también provocó la caída de líneas de energía eléctrica, 14 estructuras, 141 postes y una antena que suministraba luz a 158  mil 288 usuarios.

Los fuertes vientos rompieron los cristales de la Central de Autobuses, del Aeropuerto Internacional de Nuevo Laredo, por lo que se suspendieron temporalmente las operaciones, del Centro Cultural entre otros lugares públicos y privados.

El viento también ocasionó la caída de techumbre de más de un centenar de escuelas, bardas perimetrales, incluso derrumbó aulas. El Crede fue otro de los grandes edificios afectados en su infraestructura.

Pero todos estos destrozos no eran nada a comparación de la tragedia que vivían más de un centenar de familias que habitan en la colonia Blanca Navidad, 150 Aniversario, entre otras del poniente que se quedaron sin vivienda, los menos afectados sufrieron la pérdida de su techo y de sus muebles.

Entre penumbras transcurrió la noche y al amanecer fueron innumerables los destrozos que difícilmente se podían contabilizar, manifestó el Padre Rogelio Lozano Alcorta, Presidente de Cáritas en Nuevo Laredo quien acudió a dar atención a todos los damnificados.

“Recuerdo que lo primero que hicimos, fue hacer una visita, un recorrido para constatar los daños, e inmediatamente, empezamos a buscar los fondos para ayudar a esa colonia que fue la más dañada. Apoyamos como Cáritas con más de 450 mil pesos para recuperar los techos, dándoles láminas clavos, madera que fue lo que más salió dañado”, explicó.

“Durante la contingencia inmediata, como Banco de Alimentos redoblamos el apoyo a esas colonias, dándoles el apoyo a todas las familias que así lo requerían, pues perdieron todo. Distribuimos cobijas, agua, alimento y otras cosas en coordinación con otros organismos, como Agentes Aduanales etcétera”, agregó.

Lozano Alcorta consideró una gran enseñanza esta terrible experiencia a causa de la tormenta a pesar de los fuerte que se vivió y que permanece en la mente de muchas familias.

“Yo creo que fue una experiencia fuerte que nos dejó una enseñanza de solidaridad de aprender a compartir. De ser generosos, pero antes  todo de saber reconocer verdaderamente donde está la necesidad y no solamente disponernos ayudar por salir en una foto o por tener una imagen que presentar”, mencionó.

“Fue una experiencia muy buena para nosotros  como institución no solamente en Nuevo Laredo, sino con todos nuestros aliados a nivel nacional para juntar esa cantidad de recursos que posteriormente ya con testimonio, con fotos, comprobantes fiscales, pudios comprobara a esas instituciones que nos ayudaron incondicionalmente para sacar adelante esta tragedia  tan difícil que vivió Nuevo Laredo hace ya un año”, señaló.

Para concluir, el sacerdote también responsable de la Pastoral Social en la Diócesis de Nuevo Laredo hizo un llamado a la conciencia de la gente para que el cuidado a la naturaleza sea una de las acciones de su diario vivir, tal y como lo solicita el Papa Francisco.

“El clima te dice una cosa, pero la voluntad de Dios es otra, en ese momento la naturaleza reclama lo suyo, la naturaleza a través de los diferentes cambios climáticos nos está haciendo ver el daño que le estamos haciendo. Como dice el Papa “Nuestra Casa Común” y lo que estamos ocasionando”, manifestó.

“Pero lo más triste, es lo que estamos dejando a las generaciones que vienen detrás, la falta de agua, los rayos  solares cada día más pesados, estas tormentas que son atípicas en nuestra ciudad, que sin embargo, al igual que la helada del año pasado vienen a dejarnos una buena enseñanzas a todos nosotros, que no debemos de confiarnos. Que hoy lo hacemos por nuestros hermanos que nos necesitan y el día de mañana a otro les tocará hacerlo por nosotros”, concluyó.

Finalmente el sacerdote agradeció la generosidad y la confianza que le brindan a Cárítas para poder ayudar en este tipo de situaciones de emergencia, sabiendo que todo lo que se hizo y se hace, está plenamente identificado y comprobado fiscalmente.