Porque son un elefante blanco, el alcalde de Querétaro, Marcos Aguilar Vega anunció el 15 de marzo pasado la venta de siete casas de cultura y nueve bibliotecas, declaración que ha sido duramente criticada por diversos sectores en el estado y a nivel nacional.
De hecho, ese día, el panista fue claro: “No tenemos avalúo en este momento. Todos son bienes inmuebles del Gobierno Municipal y con toda transparencia tendremos que ir a un proceso de desincorporación con el Ayuntamiento. Elaborar un avalúo para ofrecerlas a la venta”.
Y fue más a fondo en su argumentación: “La mayoría están en una casa habitación, imagínate, tú casa donde tú vives hoy dejas de vivir ahí y mañana se convierte en casa de cultura […] no está diseñado para eso, hay que vender esos bienes para generar insumos y mejorar la infraestructura”.
Pero el municipio decidió dar un golpe de timón y recular. Ayer, la titular de Desarrollo Social, Beatriz Marmolejo Rojas, acusó que de parte del municipio siempre hubo claridad en el tema y que la información se desvirtuó.
“El Municipio ha sido muy claro en esta postura, no se venden los espacios destinados a la cultura que pertenecen al municipio de Querétaro. Todo ha sido una distorsión de la información”.
La funcionaria se dijo abierta a cualquier opinión que se genere entorno al tema y reiteró que las puertas de su dependencia están abiertas para entablar diálogo con quienes han mostrado interés en el tema.
Y es que ante los juicios negativos vertidos por ciudadanos en redes sociales como Twitter, Facebook, Instagram y medios de comunicación, el alcalde capitalino a través de la funcionaria dio marcha atrás.
Inmuebles como la antigua Cruz Roja, ubicada en la céntrica Calle de Hidalgo o la Vieja Estación del Ferrocarril, se han convertido en centros culturales dependientes del municipio y había la sospecha que serían enajenados. La duda de la ciudadanía era si también estos lugares entrarían en el paquete de venta.