CHIAPAS.- Romeo Santiz Hernández, de 24 años, que vivía en el barrio de Jerusalén de Comitán, se perdió el pasado 29 de septiembre en el desierto de Sonora, en territorio de los Estados Unidos, cuando buscaba llegar a Tucson.
Isidro Santiz López, padre del joven migrante de la etnia tojolabal, contó que su hijo salió de Comitán de Domínguez el sábado 26 de septiembre, con dos jóvenes más del barrio Jerusalén, pero el día 27 por la madrugada los tres cruzaron la frontera México-Estados Unidos, cerca de Sásabe.
En un primer grupo fueron dos jóvenes tojolabales los que salieron con el coyote y más tarde partió Romeo para adentrarse hacia territorio de los Estados Unidos, al lado de un guatemalteco, al aprovechar la poca vigilancia de la Patrulla Fronteriza.
Fue dos días después de permanecer en territorio de los Estados Unidos, que Romeo, nativo de la comunidad Plan de Ayala, municipio de Las Margaritas, que es habitada por indígenas tojolabales, pero avecindado en Comitán, que le dijo al coyote que “ya no puedo caminar más”.
El coyote entonces le pidió al joven tojolabal que “trata de caminar por está brecha donde pasa Migración”, para que pudieran verlo y en ese momento el guía siguió su trayecto al lado del guatemalteco.
En un punto cercano a Arivaca, en el condado de Pima, Arizona, se quedó esa madrugada el joven tojolabal, en espera que pudiera ser visto por la Patrulla Fronteriza y desde entonces no se sabe nada de él.
Los otros dos jóvenes tojolabales que habían salido primero, fueron interceptados cerca de una carretera que lleva a Tucson y horas después fueron deportados hacia México y hoy se encuentran en Comitán de Domínguez.
El guatemalteco siguió al lado del coyote y ese martes 29 de septiembre había conseguido burlar la Patrulla Fronteriza, durante dos días de caminata en el desierto.
La familia de Romeo ha hablado con el guatemalteco y les ha contado que ya tiene trabajo en los Estados Unidos, pero de su compañero de travesía no sabe nada.
Isidro Santiz López cree que su hijo esté detenido en alguna prisión de los Estados Unidos, pero también tiene la esperanza de que haya llegado a un punto del desierto donde pidió ayuda.
“Esperamos que algún consulado de México en los Estados Unidos nos pueda ayudar para localizar a mi hijo”, suplicó Isidro.
La familia de Romeo tiene otro problema, pagar los 15 mil pesos que pidió prestado para hacer el viaje a los Estados Unidos.
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