En la mitología griega, la Diosa Fortuna no era sino la alegoría de una rueda de la fortuna. Y aunque Stefanos Tsitsipas ya paladeaba las mieles de la victoria, la suerte le dio la espalda en el peor momento, Alexander Zverev remontó un 0-3 adverso en el primer set para no volver a mirar hacia atrás y conquistar el título número 14 de su vida y primero en Acapulco después de cuatro años consecutivos intentándolo.
El alemán de 23 años se impuso en dos sets corridos por doble 6-4 para llevarse el Guaje de Plata de campeón del Abierto Mexicano de Tenis. Lo logró en 2 horas y 17 minutos de juego y apoyado en un 77 por ciento de efectividad en los pintos ganados en el primer servicio, además de salvar tres puntos de break claves. No sin pasar inadvertidas dos dobles faltas cruciales del griego.
El griego había iniciado con paso arrollador el partido, con un drop shot e imprecisiones de Zverev que le dieron fácilmente el primer game y parecía predestinado por los Dioses del Olimpo para surcar su camino triunfal. El quinto mejor tenista del planeta tuvo bolas de quiebre en el segundo game y le quebró al germano a la primera, aprovechando el momentum.
El ateniense obligaba a Zverev a jugar muy atrás y así sacó provecho de la poca velocidad del germano, algo propicio para recetarle la misma dosis de drop shots que Musetti le dio en Semifinales y vaya que le aprendió bien. Y es que la suerte definitivamente no estaba del lado del de Hamburgo, no en el comienzo, que en una dejadita, la pelota alcanzó a rozar la red y le facilitó al de Atenas contestar el tiro y confirmar el quiebre.
Fue hasta el cuarto game que pudo por fin romper el cero en la pizarra el germano y así, en el 3-1 se dio cuenta que no podía seguir rezagado detrás de la línea y aprovechó su revés paralelo para contrarrestar los embates del griego, que dejó ir tres bolas de break y permitió que se le escapara el quiebre en el deuce, para hacer aún más grande la moral de un Sascha crecido colosalmente.
Zverev consumó un break en el séptimo después de recobrar confianza tras rescatar las tres bolas de quiebre, mismo que confirmó en el siguiente juego con un arrollador 40-0 con el que daba un golpe en la mesa cuando Tsitsipas parecía tener vía libre para consumar su triunfo.
Una doble falta en el noveno para quiebre de Zverev tenía vuelto loco a Tsitsipas, más cuando lo confirmó Sascha echándose el set al bolsillo después de rescatar.
El momentum pasó de un lado a otro sin avisar al griego, quien ni pegado a la red con Zverev lejos de la jugada, pudo ejecutar correctamente, víctima de un evidente nerviosismo como nunca antes se le vio en el torneo.
Ya en el noveno game del segundo set, un break de Zverev tras otra doble falta de Stefanos terminó por destacar su furia, quien de inmediato aventó la raqueta impotente.
“¡Tsitsipas, Tsitsipas!”, exclamaba el público, algo que inyectó de nueva vida al griego y pudo quebrar a Zverev cuando sacaba para campeonato. 5-5 decía la pizarra y el sudor escurría a cántaros en ambos tenistas. Dos bolas de break salvó el griego y mandó a tie break la segunda manga, quizás una de las contiendas más epopéyicas de la historia del Abierto Mexicano de Tenis. Con cuatro bolas de quiebre, Sascha no perdonó y consiguió su primer título desde Colonia 2020.
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