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Vecinos persiguieron al asesino de San Antonio, tras cometer masacre

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noviembre 6 2017, 9:52 am

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SAN ANTONIO.- Devin Kelley estaba saliendo el domingo de la Primera Iglesia Bautista de Sutherland Springs, en Texas, luego de haber masacrado a 26 personas y herido a decenas, cuando un vecino armado con un rifle respondiA? al fuego y dio inicio a un tiroteo en el estacionamiento.

Otro parroquiano que circulaba en su auto por el lugar, Johnnie Langendorff, se topA? accidentalmente con la escena y lo que siguiA? fue una dramA?tica persecuciA?n en la que dos civiles se adelantaron a las fuerzas de seguridad en dar respuesta a la situaciA?n crA�tica.

Langendorff, un texano con sombrero de vaquero, barba y tatuajes en el cuerpo, acababa de desayunar y estaba manejando su camioneta hasta la casa de su novia, segA?n pudo reconstruir el Washington Post.

Cuando circulA? junto a la iglesia notA? algo extraA�o. Una camioneta Ford Explorer color perla estaba en el estacionamiento con el motor andando pero sin ocupante. La puerta del conductor estaba abierta.

Entonces pudo ver a un hombre vestido completamente de negro y armado con una pistola que intentaba llegar al vehA�culo mientras devolvA�a el fuego de su perseguidor, un vecino armado con un fusil.

“Nunca tuve la chance de verlo. Solo podA�a ver el fuego y el tiroteo”, contA? Langendorff a los periodistas despuA�s.

Kelley finalmente alcanzA? su camioneta y comenzA? a andar. El vecino del fusil, cuya identidad aA?n no se conoce, se aproximA? a Langendorff y le explicA? lo que habA�a pasado, la escena de pesadilla dentro de la iglesia.

Ellos no se conocA�an. “Me dijo que tenA�a perseguirlo. AsA� que eso hicimos”, explicA? Langendorff, antes de invitar al vecino a subirse a su camioneta y comenzar la persecuciA?n cruzando la autopista 87 y y avanzando por la carretera rural 539.

En ese momento las vA�ctimas llegaban a 26, entre hombres, mujeres y niA�os, con una veintena mA?s de heridos entre los miembros de la congregaciA?n. AA?n no se conoce la causa del brutal ataque de Kelley.

Pero se sabe que el tirador era un amante de las armas, un ex militar dado de baja por su maltrato a su esposa e hijos y un miembro de la congregaciA?n bautista, donde habA�a sido maestro de estudios bA�blicos.

“Era una cuestiA?n de ver y hacer. Actuar ahora, preguntar despuA�s”, ofreciA? Langendorff a manera de explicaciA?n para su decisiA?n de darse a la cacerA�a del asesino junto con su reciente compaA�ero, aA?n sin nombre.

SegA?n su propio testimonio ante las fuerzas de seguridad, el joven texano alcanzA? una velocidad de 150 kilA?metros por hora en medio del trA?fico tratando de no perder a la camioneta del asesino, mientras llamaba por telA�fono a la policA�a y relataba dA?nde estaba, hacia dA?nde iba y quA� habA�a ocurrido.

Y entonces todo cambiA?: el vehA�culo de Kelley sencillamente se saliA? de la ruta y se estrellA? en una zanja. Estaban a casi 18 kilA?metros de la iglesia y frenaron a unos 20 metros de la camioneta.

“El caballero que estaba conmigo saliA?, apoyA? su fusil sobre el motor y apuntA? al tirador, diciA�ndole que saliera. No habA�a movimiento de ningA?n tipo. Solo sA� que sus luces de freno se prendA�an y apagaban, asA� que quizA?s estaba inconsciente por el choque o algo asA�”, relatA?.

La policA�a llegA? al lugar “5 o 7 minutos” despuA�s y comprobA? que Kelley estaba muerto. En un principio no se habA�a podido determinar si se suicidA? o si muriA? por heridas durante el tiroteo con el vecino. Pero el sheriff Joe Tackitt adelantA? a la cadena CBS que el asesino se disparA? a sA� mismo.

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