CDMX.- Hace un año, cuando el gobierno decretó la fase 3 de la pandemia de Covid-19, la gente se fue a sus casas, las calles se vaciaron, cercaron el Centro Histórico, los comercios bajaron sus cortinas y únicamente los negocios esenciales se mantuvieron en operación. El temor comenzó a invadir a los capitalinos por una enfermedad desconocida que cobraba vidas de forma despiadada.
Para esas fechas los hospitales comenzaban a saturarse, las autoridades reportaban más de 2 mil 700 personas en las unidades médicas y los muertos se contaban por decenas.
Hoy, las cosas son opuestas, en semáforo naranja, cerca del amarillo, la capital casi recobró su actividad normal. La gente camina sin problema por el primer cuadro, algunas todavía sin cubrebocas, fundamental en esta contingencia, y las vialidades primarias se saturan en horas pico.
Durante un recorrido de EL UNIVERSAL se encontraron diversas historias de personas que respetan al virus, pero no le temen como al principio. La gente sale a tomar un café, a comer en las mesas instaladas sobre las banquetas, o satura los fines de semana las plazas comerciales.
“Ya se está poniendo complicado, a veces salgo con tiempo para no llegar tarde, pero ya no se sabe”, comentó Silvina, quien se dirigía a su trabajo y mencionó que ya es como antes.
Los capitalinos comienzan a enfadarse porque ya se tardan más tiempo para realizar sus actividades. “¿Qué no ves? Ya todo está normal, ve cuánta gente hay”, dijo un señor, molesto cuando se le cuestionó sobre la alta movilidad actual.
Otras personas refirieron que han visto más gente en las calles que cuando estaba el confinamiento. Esto mismo compartió una guardia de seguridad de la TAPO, quien dijo que las corridas de camiones empiezan a tener más usuarios que en pandemia.
En las inmediaciones de la TAPO se pudo apreciar que hay más movilidad de personas que llegan a la Ciudad de México y de quienes esperan la salida de camiones hacia otros estados, como parte de la normalidad que se vive actualmente. Foto: Atenea Campuzano/ El Universal.
“Aún no tenemos gente como antes, pero sí, ya ha subido bastante, más para las salidas a Puebla”, opinó.
En el Estado de México, la situación también dio un giro de 180 grados. Tan sólo en Toluca, la capital, los comercios de todo tipo están abiertos, la gente transita por las calles sin temor al contagio, las personas usan el cubrebocas debajo de la nariz o lo llevan en la mano; hay niños jugando en las calles y el ambulantaje destaca en la zona centro y la Terminal de Autobuses.
Hace un año, el gobernador Alfredo del Mazo anunció la obligatoriedad de usar el cubrebocas en el transporte público y sólo podrían operar a 50% de su capacidad por la fase 3 de la emergencia sanitaria.
El alcalde Juan Rodolfo Sánchez Gómez desplegó rondines de patrullas de seguridad para anunciar por altavoces las medidas sanitarias e implementó retenes con apoyo de la Guardia Nacional en zonas más habitadas y transitadas para pedir a la población mantenerse en casa.
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Evolución
Cuando se decretó la fase 3 de la pandemia, en la Ciudad de México había de 2 mil 710 casos confirmados, ahora suman 630 mil 819. Las defunciones subieron de 190 a 41 mil 263 muertes.
Se reportaban mil 646 personas hospitalizadas, mil 117 eran generales y 529 intubados, con 34% de saturación en las unidades médicas.
Un año después, en los hospitales de la capital hay 2 mil 29 personas, mil 351 son generales y 678 están en terapia intensiva, por lo que reportan una saturación de 25%; sin embargo, a lo largo de los últimos meses la capacidad hospitalaria ha crecido.
Asimismo, había 54 hospitales del Valle de México que tenían preparado su protocolo ante el alza de casos; hasta este 21 de abril de 2021, hay más de 90 para atender la emergencia.
(EL UNIVERSAL)
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