Supremacista blanco escapa tras un ataque armado al hospital donde se encontraba

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BOISE.- La policía de Boise, en el noroeste de Estados Unidos, desplegó una operación de gran envergadura para atrapar a un supremacista blanco que logró escapar tras un ataque armado al convoy que lo transportaba de vuelta a prisión.

Skylar Meade, de 31 años, había sido trasladado a un hospital para una revisión, y los oficiales de la penitenciaría se preparaban para regresarlo a la cárcel la madrugada del miércoles, cuando un hombre abrió fuego contra ellos en la emergencia del centro médico.

El ataque ocurrió a las 02:15 am cuando los oficiales del Departamento Correccional de Idaho se preparaban para llevar a Meade de regreso a la prisión.

Durante el ataque armado, dos oficiales resultaron heridos, uno de ellos de gravedad.

Meade, ligado al grupo supremacista Aryan Knights, huyó en un vehículo con el hombre que disparó, luego identificado como Nicholas Umphenour.

Los Aryan Knights se formaron a mediados de la década de 1990 en el interior del sistema penitenciario de Idaho para organizar actividades criminales para un grupo selecto de personas blancas bajo custodia.

La policía de Estados Unidos llegó poco después y disparó contra un hombre armado en la emergencia, quien resultó ser un oficial, el tercer herido de la jornada.

Ron Winegar, jefe del departamento de policía de Boise, describió el ataque como “descarado, violento y aparentemente coordinado contra el personal del Departamento Correccional de Idaho” con la intención de “facilitar la fuga de un recluso peligroso”.

Hasta ahora, se desconoce exactamente dónde están o hacia dónde se dirigen”.

Por su parte, la portavoz del Departamento Correccional, Sanda Kuzeta-Cerimagic, aseguró que el supremacista estuvo acompañado de oficiales en todo momento, pero que fue el ataque sorpresa lo que permitió su escape.

Hasta donde sabemos, Meade estaba inmovilizado mientras lo escoltaban dentro y fuera del hospital”, dijo Kuzeta-Cerimagic.

Meade, que en las fotos policiales tiene la cabeza rapada y varios tatuajes faciales y corporales, cumplía pena por agredir a un oficial. Su expediente incluye condenas previas por delitos graves relacionados con drogas, robo y contrabando.

Fue sentenciado en 2016 y debía permanecer tras las rejas hasta 2036.

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