A Antonio Banderas se le corta la voz. Hace algunas pausas, contiene las lágrimas y reconoce que sí, que le duele lo que ocurre en México porque ha tenido una estrecha relación con este país desde hace varios años, siete de sus películas se han hecho aquí, ha dado vida a personajes de la historia nacional como Pancho Villa y porque entiende el contexto del mexicano aquí y en Estados Unidos.

Sabe de lo entrañable que es esta tierra pero también del crimen, la injusticia, la desaparición de 43 estudiantes aún sin solución y el deseo de un magnate Donald Trump de ganar las elecciones de Estados Unidos, para levantar muros.

“Eso no se puede obviar, hay una percepción que enlaza de alguna forma a México con la violencia, yo no te voy a engañar de esa percepción y que existe desde el extranjero y naturalmente que duele, mucho, a la gente que queremos México nos duele mucho porque este es un país (suspira) con gente muy valiosa, muy buena (se le quiebra la voz) con muchos recursos naturales con muchas cosas maravillosas, con cultura, con plata y con muchas ganas de trabajar y con una gente muy cualificada dentro del cine también, son muy buenos y entonces duele mucho todo este tsunami de violencia que le hace tanto daño a los mexicanos dentro y fuera del país”, dijo en conferencia de prensa este lunes en el marco de Starlite Gala, una plataforma filantrópica que llega por primera vez a México.

Enseguida reconoció que sí, ese tema le toca el corazón y más porque conoce Guerrero, uno de los estados más afectados por la violencia, ahí vio a los niños vestidos de charros, niñas con flores en el pelo a quienes se les dieron escuelas. A algunos de esos niños se los llevaron a la Gala de Marbella para que compartieran un poco de sus vidas. “Hay tanto talento que se desperdicia por no tener unos canales donde esta gente pueda desarrollar sus vidas con dignidad, pero cuando estás ligado a un pueblo como este pues te toca el corazón”, dijo poco después aún con los ojos cristalizados.

El año pasado, al ser galardonado en los Premios Platino usó el micrófono para alzar la voz. “…mando un saludo a todos los pueblos latinos con los que me uno no sólo en la lengua sino en el deseo compartido de soñar”, dijo entonces. Ahora, en México, en el marco de una causa filantrópica que reúne a artistas en una experiencia VIP el actor reiteró su desagrado por Donald Trump.

“El muro que lo construya él, sólo, ladrillo a ladrillo, no creo que nadie en México lo vaya a ayudar como él dice” dijo provocando los aplausos incluso, de la prensa nacional.

El actor evitó hablar de su novia y compañera de este viaje, Nicole Kimpel, pero sí opinó sobre lo ocurrido con los estudiantes de Ayotzinapa. “Es una vergüenza social, incluso política, eso no se puede permitir, no ya el hecho en sí mismo sino la impunidad que está detrás de esto de no encontrar a aquellos que han llevado a cabo este crimen como otros tantos crímenes” señaló con voz firme.

Hace 25 años le decían que sólo iba a hacer personajes de asesinos y malos de película en el cine. Hoy dice ¡Mira cómo han cambiado las cosas! y es que los latinos han revalorizado su situación en este arte no sólo delante sino detrás de cámaras.

“Hollywood hoy es impensable sin los latinos, es ya un hecho, ya no estamos de moda, ya es la realidad actual y así se va a seguir desarrollando, no hay otra”.

Finalmente, se dijo agradecido por el premio que recibirá en el Festival de Cine de Guadalajara porque es algo que lo une más con México y a sus amigos de aquí. Sin embargo, pese a su carrera como actor, él quiere seguir apoyando a través de su fundación Lágrimas y favores, donde otorga becas a niños para que puedan perseguir sueños a través de la educación.

Es embajador de las Naciones Unidas y ha trabajado en conjunto con hospitales como el Children’s Hospital y no por “el prestigio” o la “imagen” que le pueda dar a su carrera la filantropía, como alguna vez le dijeron, sino por el grano de arena con el que contribuye a forjar sueños.

“Nosotros los artistas vivimos en un mundo quizá no completamente real, Hollywood es una mentira, en realidad, de repente viajas y ves muchas situaciones y te sientes en algún momento con alguna cierta obligación moral y ética de hacer algo”.