HAITÍ.- Este lunes miles de ciudadanos en Haití salieron a protestar en contra del despliegue militar de Estados Unidos y Canadá en la nación caribeña, y para exigir la renuncia del primer ministro al tiempo que el país conmemoraba la muerte de Jean-Jacques Dessalines, un esclavo que se convirtió en el gobernante de la primera república negra del mundo.
Las protestas se produjeron horas antes de que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas se reúna para votar varias medidas para abordar la situación cada vez más caótica en Haití, que espera una respuesta a su reciente solicitud de despliegue inmediato de tropas extranjeras.
“Estados Unidos necesita que Haití tome sus propias decisiones y no interferir en los asuntos de Haití”, sostuvo Marco Duvivier, de 35 años y gerente de una tienda de autopartes, que se sumó a la protesta del lunes en Puerto Príncipe. “La vida no va a mejorar con una fuerza internacional”.
Haití ha estado prácticamente paralizada más de un mes después de que una de las pandillas más poderosas del país rodeó una importante terminal de combustible en la capital e impidió la distribución de más de 37.8 millones de litros de gasolina y combustible y más de 3 millones de litros de queroseno almacenados en el lugar.
Las gasolineras permanecen cerradas, los hospitales han reducido sus servicios y los negocios, incluyendo bancos y tiendas de comestibles, han acortado sus horarios mientras el país se queda sin combustible.
La situación ha empeorado debido a un reciente brote de cólera que ha dejado decenas de muertos y cientos de hospitalizados en medio de una escasez de agua potable y otros suministros básicos.
Durante la protesta del lunes, los manifestantes aclamaron a Dessalines, el líder de la revolución contra la esclavitud que fue asesinado en 1806, y rechazaron el posible despliegue de tropas extranjeras.
“Somos los hijos de Dessalines”, afirmó Samuel Jean Venel, un vendedor de 40 años.
El brote previo de cólera en Haití fue el resultado de que elementos de las fuerzas de paz de Naciones Unidas procedentes de Nepal introdujeron la bacteria en el río más grande del país a través de aguas residuales. Casi 10 mil personas murieron y más de 850 mil enfermaron.
“No necesitamos una fuerza extranjera. No va a resolver nada”, dijo Jean Venel. “Como pueden ver, no hay resultado. Hay más pobreza, más inseguridad”.
Durante el fin de semana, Estados Unidos y Canadá enviaron equipo, incluyendo vehículos blindados, que el gobierno haitiano había comprado para sus agentes de policía a fin de ayudar a reforzar un departamento que durante mucho tiempo ha sufrido de falta de personal y recursos. Ha pasado problemas para combatir a las pandillas, a las que se les atribuyen cerca de mil secuestros en lo que va del año y el asesinato de decenas de hombres, mujeres y niños en momentos en que se disputan territorio y se han vuelto más poderosas tras el asesinato del presidente Jovenel Moïse en julio de 2021.
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