WASHINGTON.- Prevenir pandemias por enfermedades infecciosas derivadas de un mayor contacto de humanos con animales, tendrá un menor costo que gestionarlas como ha sucedido en el caso de Covid-19, afirmó el Banco Mundial (BM), en un nuevo informe.
Sin embargo, para romper este ciclo de pánico, negligencia y falta de inversión, es necesario que la prevención sea con el enfoque de “una sola salud”.
De acuerdo con el reporte, se estima que los costos por prevención orientados bajo esa guía oscilarán entre 10 mil 300 y 11 mil 500 millones de dólares cada año.
Es decir, mucho menos que los 30 mil 100 millones de dólares que calculó el Grupo de Trabajo Conjunto sobre Finanzas y Salud del G20.
Los costos de prevención, señaló, son sólo alrededor de un tercio de la preparación, y menos del 1% por ciento de lo que representó Covid-19 en 2020, cuando la economía mundial se contrajo en un 4.3 % o se perdieron alrededor de 3.6 billones de dólares en bienes, servicios y otros productos, y la respuesta de salud pública.
Lo anterior, equilibrará y optimizaría de manera más sostenible la salud de las personas, aseguró.
Refirió que el ritmo de los brotes de enfermedades infecciosas emergentes ha aumentado a una tasa anual promedio del 6.7% desde 1980.
Además, la cantidad de brotes ha aumentado a varios cientos por año desde el año 2000, matizó.
Explicó que esto se debe en gran parte a que los humanos extendieron su huella global, alterando hábitats naturales y acelerando el contagio de microbios animales a las poblaciones humanas.
Indicó que el 75% de las enfermedades infecciosas, y casi todas las pandemias conocidas, son el resultado de un mayor contacto entre animales y personas, lo que provoca más de mil millones de infecciones humanas y un millón de muertes cada año.
Sentenció que eso, junto con el creciente movimiento de bienes y personas en todo el mundo, ha demostrado la facilidad de propagación y la volatilidad de las enfermedades infecciosas.
Al respecto, la directora gerente de Políticas de Desarrollo y Asociaciones del BM, Mari Pangestu, dijo que “es mejor prevenir que curar”.
Covid-19 ha demostrado que un riesgo de pandemia en cualquier lugar se convierte en un riesgo de pandemia en todas partes; el argumento económico para una sola salud es poderoso: el costo de la prevención es extremadamente modesto en comparación con el costo de gestionar y responder a las pandemias.
Enfatizó que en última instancia, la prevención es un bien público mundial; no se puede excluir a ningún país de los beneficios y no debería de haber límites para el número de naciones que pueden beneficiarse.
No obstante, lamentó que desafortunadamente, existe una falta de inversión crónica en prevención y los países deben tomar medidas.
Puso de manifiesto que cuando la prevención es exitosa, los beneficios son invisibles y no se manifiestan como crisis que demandan atención inmediata.
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