Si eres de los que posponen varias veces unos minutos más la alarma por las mañanas para seguir durmiendo porque piensas que ese tiempo extra te hará descansar más, tememos decirte que has vivido engañado.
De hecho, un estudio realizado por James Gangwisch, profesor de la Universidad de Columbia y experto en el sueño, reveló que apagar la alarma y seguir durmiendo en realidad solo aumenta el cansancio y la sensación de somnolencia.
Esto se debe a que el tiempo entre el sonido de una alarma a otra es tan corto que el cuerpo no tiene el tiempo suficiente de caer de nuevo en un sueño profundo, lo que provoca una gran confusión en el cuerpo y el cerebro pues no saben si estás tratando de despertar o preparándote para dormir.
Para despertar el cuerpo y el cerebro pasan por varios procesos que mandan las señales de que es tiempo de abandonar la cama y empezar el día. Uno de ellos es subir la temperatura lo que hace que te sientas más alerta y con menos sueño. Es por eso que no es sano fragmentar los ciclos pues provoca consecuencias diurnas a todos los niveles como pérdida de memoria, disminución de la capacidad de reacción y y un bajo rendimiento físico.
El análisis arrojó que las personas que pausan el botón más de dos veces podrían padecer un caso severo de inercia del sueño (la sensación de aturdimiento que la mayoría de la gente experimenta tras despertar) que normalmente dura entre 15 a 30 minutos pero en casos extremos llega a durar hasta 4 horas por lo que se les recomienda acudir a un especialista para tratar este problema.
Aunque lo ideal es despertar de forma natural, sin ayuda de un aparato electrónico, lo cierto es que la luz artificial ha alterado los ciclos y ritmos de sueño.
Si al sonar tu alarma sientes que necesitas más tiempo para dormir reconsidera la hora en la que te vas a la cama, tal vez necesites más tiempo para un descanso profundo. ¿Estas de acuerdo con esta investigación? ¿Qué opinas?
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