CD. DE MÉXICO.- El pasado viernes 15 de julio, elementos de las Fuerzas Armadas lograron la recaptura de “el narco de narcos”, Rafael Caro Quintero, uno de los fundadores del extinto cártel de Guadalajara y capo por el que el gobierno de Estados Unidos ofrecía 20 millones de dólares, y ahora busca su extradición.
Para ello, se realizó un gran operativo de fuerzas de seguridad en Choix, Sinaloa, un punto enclavado en el Triángulo Dorado, en la sierra Madre Occidental, para lo que se desplegó como apoyo operativo a tres helicópteros Black Hawk, uno de los cuales se desplomó y cobró la vida de 14 elementos de la Marina y tiene a uno más en un hospital debatiéndose entre la vida y la muerte.
El desplome del helicóptero generó gran conmoción, pues se llegó a especular que la aeronave habría sido derribada, hecho que desmintió este lunes el presidente López Obrador en su conferencia matutina. Además inquieta la reserva que el gobierno mantiene sobre la identidad de los marinos fallecidos.
¿Cual es la razón del sigilo para revelar identidad de los marinos?
A pesar de que el domingo pasado la Marina rindió a través de un video institucional un homenaje a los elementos muertos tras el accidente aéreo, no se ha revelado la identidad de los marinos salvo su lugar de origen, pues tres ya fueron trasladados a Oaxaca, de donde eran originarios.
Sin embargo, el sigilo tiene una razón de ser, que responde a la seguridad de las familias de los soldados caídos, ya que existen antecedentes de represalias en contra de ciudadanos y familiares de elementos de las Fuerzas Armadas que han fallecido en cumplimiento de su deber, tras lo que han vengado a narcotraficantes abatidos por las Fuerzas Armadas.
Caso del marino tabasqueño
Uno de los ejemplos más recordados y quizá el más lamentable es el del infante de Marina Melquisedec Angulo Córdova, quien murió en 2009 (durante el sexenio de Felipe Calderón) en un operativo en el que Arturo Beltrán Leyva fue abatido en un lujoso fraccionamiento de Punta Vista Hermosa, en Cuernavaca, Morelos.
Tras el operativo, la Secretaría de Marina reveló el nombre del elemento asesinado en el combate contra el crimen organizado y el lugar donde se llevaría a cabo el sepelio del marino de 30 años. Revelada públicamente la identidad de Melquisedec Angulo Córdova su cuerpo fue trasladado a Paraíso, Tabasco.
El funeral del marino fue cubierto por medios de comunicación, recibió honores; su ataúd fue cubierto con una bandera de México y su madre recibió una pensión vitalicia. Sin embargo, unas horas después del entierro, vinieron las represalias contra la familia de Melquisedec Angulo.
Por la noche, un grupo armado entró a la casa de la familia del marino y asesinó a su madre, dos de sus hermanos y a una de sus tías.
Tras los hechos, el entonces presidente Felipe Calderón calificó como “un acto cobarde y deleznable” el homicidio de familiares del marino.
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