Tamaulipas.-Severa invasión del llamado pez diablo está generando un gran problema de depredación que se combina con actividades ilícitas que a su paso ocasionan pescadores furtivos causando sobre explotación en las escasas especies que aun existen y que las ponen al borde de la extinción dañando al equilibrio ecológico.

Aseguran hace algunas semanas los pescadores de diferentes vasos lacustres de la región que se encuentran en gran desventaja  en relación a sus actividades  de captura lícita de especies acuáticas  en la que respetan tiempos de veda  y el uso de equipamiento o artes con los que evitan generar captura de especies pequeñas y atenta contra la reproducción de especies.

Señalaron a través de Bernardino Castillo Contreras pescador cooperativista de la zona de Chicayán que este respeto no lo tienen los pescadores furtivos y poco a poco se van acabando la actividad destacando que contradictoriamente la comisión nacional de pesca apoya a pescadores furtivos o depredadores retirando los 5 inspectores que tenían destinados para esta zona desde Tamiahua hasta Pánuco, Pueblo Viejo y Tampico.

Esto conlleva a la caída de precios y daño económico  a las familias que dependen de esta actividad pero además realizan capturas con artes y arreos prohibidos,mayas pequeñas y otros instrumentos que aniquilan especies o no les permiten su reproducción total.