“Pensé que robaría a las monjitas”

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El alto funcionario del gobierno kirchnerista fue sorprendido mientras intentaba ocultar unos 8 millones de dólares. (losandes.com.ar)

BUENOS AIRES, Argentina.- Esta semana, el monasterio de Nuestra Señora del Rosario de Fátima se convirtió en la casa de culto más famosa de Argentina y no por sus ejercicios espirituales. Situado en General Rodríguez, municipio a 55 kilómetros de la ciudad de Buenos Aires, el monasterio es el escenario donde el martes pasado fue detenido el ex secretario de Obras Públicas y diputado del Parlasur, José Francisco López.

El alto funcionario del gobierno kirchnerista fue sorprendido mientras intentaba ocultar unos 8 millones de dólares. Desde la calle y armado con una ametralladora, arrojaba el dinero (guardado en bolsos en los que también había joyas) hacia el interior del convento, cuando un vecino lo vio y llamó a la policía. “Pensé que iba a robarle a las monjitas, o algo les iba a hacer”, dijo el vecino Jesús Ojeda.

Desde que se conoció, el caso devino en el tema principal de los diarios argentinos. No sólo por la trama de corrupción que abre (en un contexto de investigaciones judiciales contra los funcionarios kirchneristas e incluso contra la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner), sino también por lo inverosímil del asunto: en el lugar viven dos monjas de clausura y una superiora de 94 años, y su casona blanca no llama demasiado la atención en un barrio de casas bajas y terrenos baldíos, retirado y suburbano. Pero hace seis años la calle del convento fue pavimentada y, gracias a los supuestos contactos políticos del obispo Héctor Rubén Di Monte, quien dirigía el monasterio, la casa cambió su aspecto. Dos meses atrás, un cerco con alambre de púa fue colocado en el muro de dos metros de altura a través del cual López arrojó los bolsos.

El obispo Di Monte falleció en abril pasado. “El obispo hablaba directamente con José Francisco López y con el ex ministro de Planificación Federal, Julio De Vido”, dijo a EL UNIVERSAL una fuente de la investigación del caso. “También con Juan Pablo Anghileri, intendente local, y con Guillermo Moreno, ex secretario de Comercio Interior”. La anciana monja superiora agregó: “López era un hombre muy bueno, pero estaba medio loco. Venía una vez al año y nos ayudaba con algo, té, café, cosas así, y ahora nos dijo: ‘Me van a robar, porque yo robé dinero para venir a ayudar acá’”.

Las monjas pertenecen a una asociación privada de fieles con gobierno autónomo, según informó monseñor Agustín Radrizzani, arzobispo de Mercedes-Luján. “Anhelamos que la justicia pueda llegar a la verdad de lo acontecido para el bien común”, escribió Radrizzani.