LOS ÁNGELES.- Mathhew Perry murió en octubre de 2023 debido a los “efectos agudos de la ketamina”, que combinado con una enfermedad de las arterias coronarias y los efectos de la buprenorfina que consumía para tratar el trastorno por consumo de opioides, crearon un cóctel letal que acabó con su vida a los 54 años.
Las reacciones de sus compañeros actores trasmitían el mismo sentimiento: lo triste que resultaba haberlo perdido de forma tan inesperada cuando por fin parecía haber encontrado cierta estabilidad en su vida personal, que él mismo había contado en un libro de memorias. Sin embargo, en su círculo cercano nunca dejaron de esperarse un desenlace tan trágico.
“Fue la noticia que nunca quieres recibir, pero piensas que algún día sucederá”, reconoció su padrastro Keith Morrison cuando le preguntaron si se esperaba perder al intérprete de forma tan repentina.
“Así que supongo que la respuesta es sí, y no… Y como él mismo dijo: ‘Si muriera de repente, la gente se escandalizaría, pero no demasiada gente se sorprendería’. Y tenía razón”, agregó.
Keith mantenía una buena relación con Matthew a pesar de que ambos tenían personalidades completamente diferentes, gracias a que nunca trató de reemplazar a su padre.
A lo largo de su matrimonio con Suzanne Langford Perry,mamá de Matthew, él pudo comprobar cómo los problemas de adicción de su hijastro sacaban a relucir su lado más oscuro, pero también disfrutó de esa personalidad que brilló a través de personaje de Chandler Bing y que conseguía hacer reír a cualquiera que se cruzara en su camino.
Keith, que trabaja como corresponsal de para el portal Dateline reconoce que estos últimos meses han resultado muy dolorosos para su familia, en particular para Suzanne, con quien él se casó en 1981.
“Como otras personas me han dicho cientos de veces, es algo que no desaparece. Te acompaña todos los días. Está contigo todo el tiempo, y hay algún aspecto nuevo que asalta tu cerebro. No es fácil, especialmente para su madre”, agregó.
Quienes conocían realmente a Matthew se consuelan pensando que el actor había encontrado por fin la felicidad en los años previos a su muerte, y esta nueva estabilidad se había traducido en una mejora en la relación con sus seres queridos, incluida su mamá, a quien hacia el final de su vida estaba más unido de lo que lo había estado en décadas.
“Se enviaban mensajes de texto constantemente y compartían cosas con ella que la mayoría de los hombres de mediana edad no comparten con sus madres. Era feliz, lo repetía a menudo, y hacía mucho tiempo que no lo decía. Es una fuente de consuelo, pero no llegó a tener su tercer acto, y eso no es justo”, lamentó.
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