NUEVO LAREDO.-Un mensaje de aliento y esperanza, es el que llevó monseñor Enrique Sánchez Martínez obispo de la Diócesis de Nuevo Laredo a la comunidad de Cristo Rey, a la que pertenecen los peregrinos que sufrieron un accidente cuando se dirigían a la Basílica de la Ciudad de México. Algunos de los lesionados que se encuentran en recuperación estuvieron presentes en esta eucaristía.
Esta misa se realizó a las 7:00 de la tarde de este domingo, en donde el obispo llegó sorpresivamente a la parroquia. Monseñor Enrique consideró que a pesar de los difíciles momentos que recientemente padeció la comunidad de Cristo Rey, no se debe perder la fe y la esperanza ante cualquier situación difícil que se presente.
“En esta misa pedimos por nuestros hermanos, por su restablecimiento, yo sé que especialmente para los que se accidentaron y para los que iban acompañando, fue una experiencia importante, pero también una experiencia de fe, la manera en cómo se fueron ayudando mutuamente, también las hermanas religiosas que todas salieron heridas, algunas están todavía en Monterrey y otras en Galeana, pero todas fuera de peligro”, comentó.
Dijo que la fortaleza que se obtiene en momentos difíciles para continuar adelante es a través de la oración y la fe.
“Como decía la oración de este domingo, danos una oración fuerte para resistir, para seguir creyendo y no desfallecer. No es que el Señor haya provocado este accidente, pero él nos va a dar lo momentos para que fortalezcamos nuestra fe, hoy fue un accidente, pero en la vida son enfermedades o problemas, son situaciones difíciles en las que también tenemos que tener una fe fuerte. Alimentémonos para todo lo que venga en un futuro, no sabemos qué va a pasar mañana o más al rato, nadie sabe, necesitamos una fe fuerte, así se los pido a nuestros hermanos que aún se están restableciendo para que sean ya sanados”, expresó Sánchez Martínez
Para finalizar la misa, el párroco de este templo, Baldemar González Longoria, agradeció a nombre de todos los feligreses esta visita de monseñor y la ayuda que le ha brindado el padre Rogelio Lozano Alcorta.
“Quiero agradecer al obispo que esté aquí, desde el primer momento qué pasó todo, yo le hablé y él me asignó al padre Rogelio, que sin su ayuda me hubiera vuelto loco, muchas gracias a usted y al padre Rogelio que nos ayudó mucho para regresar aquí a Nuevo Laredo y gracias a Dios sobre todo, porque por él estamos todos bien”, concluyó González Longoria.
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