DENVER.- El serbio Nikola Jokic volvió a dar una exhibición de baloncesto este jueves en una de las noches más esperadas, el duelo ante unos Boston Celtics que rozaron el milagro de imponerse en Denver, pero no pudieron con la contundencia del doble MVP.
Nadie pudo detenerle y así Jokic alcanzó su partido número 30 de su carrera completando un triple-doble de 30 puntos o más. Su estadística final fue de 32 puntos, 12 rebotes y 11 asistencias.
Estuvo muy bien acompañado por el canadiense Jamal Murray y Aaron Gordon, que firmaron 19 y 16 tantos respectivamente.
A los Celtics les mantuvieron principalmente dos hombres, de un lado Jaylen Brown que se fue hasta los 41 puntos y 13 rebotes, siendo en muchos minutos la única respuesta a la contundencia local. Además del letón Kristaps Porzingis que cerró su noche en 24 tantos y 12 rebotes, pero perdió el duelo individual ante Jokic.
Joker did Joker things to lead the @nuggets over the 1st-place Celtics 🃏
32 PTS | 12 REB | 11 AST pic.twitter.com/GKi4y9Lbuv
— NBA (@NBA) March 8, 2024
En un choque con tantas estrellas defendiéndose entre ellas, era importante ganar el factor de la intimidación. Lo tenía claro Jokic, que con solo tres minutos de juego fue a por Porzingis en un giro, derribándole sin falta y culminando con un mate.
Pese a ello comenzaron mejor la noche los Celtics, que fueron por delante en todo el primer periodo. Con Brown y Tatum llevando la voz cantante, pero siendo mejores en lo colectivo en facetas importantes como el rebote, que vencieron por 12 a 7.
Se lamieron las heridas los campeones para cerrar mejor el cuarto, la igualdad con la que concluía el periodo la rompió a lo grande Murray con un triple de nueve metros sobre la chicharra, con ello ganaban los locales por 30-28.
Jokic marca territorio
Brown dio un paso al frente y sostuvo a Boston, pero no lograron situarse por delante en los minutos en los que Jokic descansó.
La ventaja que Boston pudiera tener con Horford y Porzingis en pista simultáneamente la combatió Malone abriendo por completo a todos sus jugadores, incluido Jokic.
El serbio se responsabilizó de la anotación en el cierre del segundo periodo, sumando 13 de los últimos 18 puntos de los Nuggets, mostrando su jerarquía en la pista, y firmando en total 20 tantos antes de marcharse a los vestuarios.
Un lanzamiento suyo de media distancia en la cara de Porzingis y sobre la bocina plasmó su liderazgo en el marcador con el 62-54 con el que llegaron al intermedio.
Boston pierde su identidad
Algo debió revolverse por dentro de Porzingis durante el descanso, porque el letón salió muy motivado. La segunda parte comenzó con dos triples suyos en los dos primeros ataques, neutralizando de inmediato el efecto provocado por Jokic minutos antes y apretando el luminoso con el 62-60.
Cada ocasión en la que las dos torres se citaron en la pintura era favorable al serbio, ‘libra por libra’ el letón no tenía cómo detenerle. Y a la hora de atacarle, Porzingis se obsesionó con el triple, pero ya sin éxito, errando tres casi consecutivos.
Las pérdidas de balón fueron una constante para Boston. Acumularon 9 en total entre el segundo y el tercer cuarto, por momentos resultaba irreconocible un equipo tan fiable como el de Mazzulla.
Denver supo sacarle mucho jugo a esta circunstancia para disparar su ventaja, llevándola a la barrera psicológica de los diez puntos.
Únicamente Brown y Porzingis sumaban en el tercer periodo, los demás hombres de los Celtics estuvieron muy lejos de su nivel. Entre los dos sumaron 21 puntos de los 26 de todo el equipo.
Sin milagro de Boston
Los Celtics no se acercaron en el luminoso mientras Jokic descansaba al inicio del último periodo. Pero dos grandes acciones posteriores de Brown les lanzaron hasta el 97-91, un triple y una asistencia para Holiday.
Malone decidió que era momento de volver a usar a su gigante, con impacto inmediato provocando una falta y anotando los dos tiros libres. Los árbitros, en general, permitieron mucho contacto y en alguno enfadaron a Jokic, que reclamó airadamente un golpeo de Tatum que acabó en robo, pero lejos de señalarse, fue castigado con una técnica.
Se acercó ligeramente Boston, pero las canastas de Denver eran más que puntos, eran golpes, como el mate que completó Aaron Gordon a dos minutos para la conclusión tras aprovechar un fallo en el tiro de Jokic.
No se intimidó Holiday, un triple suyo puso el 109-106 a minuto y medio para el cierre. Y en el siguiente ataque clavó otro para el 111-109 que puso los nervios en la grada del Ball Arena.
Gordon volvió a colgarse del aro a pase de Jokic, y los riesgos tomados por Mazzulla no dieron fruto.
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