CIUDAD DE MÉXICO.- Hasta hace poco la península rusa de Yamal, en el noroeste de Siberia, era descrita como la mayor región productora de renos del mundo. Pero el cambio climático está poniendo en serio riesgo tanto a estos animales como a las comunidades que dependen de ellos.
Según los científicos, al menos 80.000 renos han fallecido en la península de Yamal en la última década. Y todo apunta a que en un futuro la cosa solo puede ir a peor.
En el año 2006, 20.000 ejemplares murieron de inanición. En 2013 la historia volvió a repetirse, pero esta vez con 61.000 renos más. Las gruesas capas de hielo producidas por el previo deshielo de los bloques del mar hicieron imposible para los animales acceder a la vegetación de la que se alimentan.
Para cuando el hielo empezó a derretirse en primavera los nenets (el grupo indígena nómada que pastorea a estos renos) habían perdido a la mayoría de sus animales. Las vidas de los nenets están indivisiblemente relacionadas con los renos.
“Los renos son nuestro hogar, nuestra comida, nuestro abrigo y nuestro transporte” explicó el pastor Sergei Hudi a la web Survival.
Existe el temor de que una nueva gran hambruna esté a la vuelta de la esquina. El hielo del Ártico estaba en su punto más bajo de la historia el pasado octubre y La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza ha declarado al reno como especie vulnerable, con un descenso de población del 20% desde 1990.
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