Luka Modric dio forma a la renovación de su contrato con el Real Madrid el pasado miércoles. Fue la escenificación de una fidelidad que ha llevado al croata a ser un madridista más, a estar identificado con un club, un proyecto y una ciudad.
Modric es feliz en el club blanco, tal y como demuestra el hecho de que haya renunciado a ofertas deslumbrantes procedentes del fútbol chino. El centrocampista ha dicho que no a propuestas que doblaban el sueldo que va a percibir en el Real Madrid hasta el 30 de junio de 2020.
El pasado verano recibió la primera de las llamadas. Han sido muchas, pero el croata las quiso descartar sin importarle lo que le ofrecían. La puja por su fichaje se inició en 15 millones de euros por temporada y un contrato de cuatro años.
Las ofertas no se quedaron ahí, pero la actitud de Modric siempre ha sido la misma, la de seguir adelante con las negociaciones iniciadas con el Real Madrid para dar forma a esa idílica vida que ha encontrado en el Santiago Bernabéu.
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