A una semana de las primarias republicanas en Carolina del Sur, los principales aspirantes a la nominación presidencial intercambiaron duros ataques por su falta de honestidad en el frente migratorio y se vieron confrontados con la misma propuesta de Donald Trump, el más avanzado en las encuestas, para construir un muro en la frontera sur, para deportar a millones de indocumentados y para devolver a Estados Unidos los empleos que fueron hacia México.
Los ataques más intensos se dieron entre Trump y Bush. El magnate acusó a este último y a Marco Rubio de defender una amnistía a favor de más de 11 millones de indocumentados.
El senador por Texas, Ted Cruz, se sumó al acusar a Rubio de haber apoyado a la iniciativa de reforma migratoria bipartidista que fue aprobada por el Senado en 2014 pero que naufragó en la Cámara de Representantes.
“Se la pasa haciendo declaraciones en Univisión en donde dice una cosa en español, a favor de una amnistía, y luego habla aquí en contra de una amnistía”, lo acusó Cruz. Cuando Rubio respondió que Cruz no puede saber lo que dijo porque no habla español, el senador por Texas respondió… en español.
Bush, ex gobernador por Florida, reiteró su postura a favor de una reforma migratoria que contemple una vía a la legalización y acusó a Trump de insultar a la gente que ha llegado a Estados Unidos con la esperanza de tener una vida mejor. Horas antes, la campaña de Trump comenzó a difundir un anuncio en Carolina del Sur, sobre el tema migratorio.
“Trump es el único que puede acabar con la inmigración indocumentada”, reza el mensaje.
Bush y Cruz sacaron a Trump de sus casillas, y el magnate acusó al segundo de ser “el peor mentiroso, quizá incluso más que Bush”. Cruz llamó a Trump un “gran entretenedor”.
Este noveno debate republicano, realizado en Greenville, Carolina del Sur, y difundido por CBS News, estuvo marcado, además, por la muerte del juez de la Suprema Corte Anthony Scalia, uno de los baluartes del movimiento conservador en EU. Este fue uno de los pocos temas sobre los que los seis aspirantes del Partido Republicano a la nominación presidencial que participaron en el encuentro de anoche coincidieron, al manifestarse en contra de que el presidente Barack Obama designe a su sucesor. El mandatario expresó momentos antes su intención de cumplir con su obligación constitucional para designar al sucesor de Scalia.