CDMX.- Nallely Esparza es maestra de Aguascalientes, durante la pandemia su principal preocupación era que sus alumnos aprendieran en clases en línea y a distancia.
“Cómo daré resultados, si tiene meses que no los veo, cómo puedo asegurar que sí están aprendiendo algo, cuando la realidad es que no lo sé”, pensaba.
Para Nallely es muy importante la educación y esa fue la principal razón por la que realizó el proyecto del aula móvil.
Fue también para evitar que sus alumnos se desacostumbren a ir a la escuela y se les haga fácil dejarla o tomen otros caminos.
Nallely es una maestra originaria de Calvillo, un municipio del estado de Aguascalientes, ubicado en la parte sureste del territorio hidrocálido.
Mientras Nallely platicaba con su esposo, juntos buscaban la manera de obtener una solución para los niños y así se les ocurrió la idea de comenzar con clases en una camioneta, ofreciéndole la opción de que él manejara para llevarla a ver a sus alumnos y continuar con su labor.
La maestra Nallely recibió la donación de una camioneta nueva con lo necesario para dar clases.
La ventaja es que Calvillo es un municipio pequeño y la mayoría de sus alumnos viven muy cerca. Nallely decidió echar a andar la idea y trabajar en ello, sólo así a ella le constaba que sus alumnos realmente estuvieran estudiando y aprendiendo como lo necesitan, pensando también en los que no tienen la facilidad o el medio para conectarse a sus clases en línea.
“Sin dejar atrás que es necesaria la interacción de los niños en un aula escolar, esta idea ha favorecido a los alumnos, por lo menos para tener una atención más directa de su maestra, y también les ayuda a despejarse un poco del encierro por el que todos pasamos”, dijo en entrevista con EL UNIVERSAL.
Añadió: “Cada uno de mis alumnos presenta una distinta situación familiar, o bien tiene una capacidad diferente, como autismo, por lo cual ir a la escuela siempre va a ser un refugio y un desfogue. Los niños no estaban acostumbrados a tomar clases desde casa y así es más complicado para ellos porque se distraen fácilmente”.
La dinámica que Nallely lleva es: por las mañanas, todo lo maneja digital, envía tareas y actividades mediante WhatsApp a las mamás que sí tienen, o trabaja por algunas otras aplicaciones para los niños que sí pueden, por las tardes es cuando comienza a dar las clases.
La maestra Nallely intenta visitar a sus alumnos en puntos específicos cada tercer día, lunes, martes y miércoles o jueves y viernes, ya que también depende mucho de las situaciones familiares, porque hay veces que los papás no pueden llevarlos al punto de encuentro y también constatar que estén en condiciones de salud para que puedan asistir sin ningún problema.
La maestra ve al día aproximadamente cinco alumnos; intenta dar cada clase con un niño a la vez para evitar el contacto con más. Cuando Nallely comenzó con esta idea, intentaba visitar a los alumnos afuera de sus domicilios y solamente contaba con una mesa, dos bancos y una sombrilla para aguantar el calor, buscando la manera de adaptarlo cómodamente para ella y sus alumnos en la parte trasera.
Así es como los niños estudian dentro del aula móvil.
Hoy en día Nallely ubica puntos medios para que los alumnos acudan a las clases. Todo esto se hizo con la finalidad de permanecer en un lugar más espacioso, ya que las calles de Calvillo son muy pequeñas y la camioneta en la que se trasladaba no cabía.
La idea principal es facilitarle a los niños tomar clases, no crear conflicto en la vía pública o bien, generar tránsito vehicular.
Ella como maestra de apoyo, ve a niños desde primer grado, hasta sexto, que van de los seis, hasta los 12 años de edad, y su organización de trabajo es indispensable, ya que tiene que variar y cambiar constantemente actividades, materiales y todo lo que conlleva la preparación de cada clase. Lo que influye mucho en ello es que cada alumno tiene características diferentes, ahí también se tienen que adaptar las actividades, no sólo por el grado sino por las características que cada uno tiene o el nivel de aprendizaje que lleva.
Estas clases son totalmente gratuitas y aunque ha recibido propuestas de parte de algunos papás para dar clases particulares, Nallely prefiere continuar con sus alumnos de siempre. “Realmente yo no estoy dando clases particulares, lo que estoy haciendo es atender a los alumnos que yo veo dentro de mi escuela, darle un seguimiento a las clases que tomamos anteriormente y facilitarles las cosas de alguna manera”, aclaró Nallely.
La maestra lleva las medidas de sanidad correspondientes para no arriesgarse, ni a ninguno de sus alumnos. “No tiene mucho que me vacunaron, pero mis directores me dijeron que aun así debía tener cuidado porque el estar vacunada no era certeza de no contagiarnos”, agregó Nallely. A pesar de que ella ha puesto todo de su parte para apoyar a sus alumnos, ha habido algunas ocasiones en las cuales se puede llegar a complicar continuar con esto. Una de ellas es que acude al punto de encuentro y al momento de contactar a los padres de sus alumnos no tiene respuesta o bien, para darle seguimiento a los trabajos tareas y demás, requiere del apoyo de papás; otra de las cosas y más importante es que el dar las clases al aire libre, llega a ser un motivo de distracción para sus alumnos.
De acuerdo con el Instituto de Educación de Aguascalientes (IEA) la deserción escolar que se ha generado debido al confinamiento, ha sido de 29 mil alumnos que han decidido dejar de estudiar, empezando por no mandar actividades o simplemente dejando de conectarse a su clases en línea.
Debido a que vecinos, papás de alumnos y familiares empezaron a correr la voz de la labor que la maestra hacía, llegó a ojos de una agencia automovilística, la cual se conmovió al ver el empeño que ella hacía día con día para continuar dando sus clases, e intentaron contactarla para platicarle un poco sobre la idea y la aportación que querían hacer para ella y sus alumnos.
Los alumnos, al conocer el vehículo adaptado como salón de clases, comenzaron a familiarizarse con el espacio.
Aunque fue algo complicado contactarla, lograron el objetivo y pudieron reunirse para así poder aportar algo a la labor que Nallely está realizando.
La maestra accedió y la agencia le dio una camioneta nueva totalmente adaptada, para que pudiera dar sus clases cómodamente para ella y sus alumnos.
Decidieron agregarle un escritorio, pizarrón de plumón, gavetas para guardar todo el material didáctico o para lo que ella creyera necesario; se incluyó una impresora y también tiene un compartimiento de acrílico para evitar el contacto directo entre la maestra y sus alumnos al hablar. Además agregaron iluminación, enchufes eléctricos, todo lo necesario para que ella tuviera la oportunidad de desarrollar todas sus actividades de enseñanza con los estudiantes.
Una vez que Nallely obtuvo el aula, decidió citar a sus alumnos y sus papás en un punto medio para así mostrarles el nuevo lugar donde iba a estar dando las clases; sin decir ni comentar nada, únicamente les dijo que era una sorpresa para todos.
“Recuerdo perfectamente la cara de cada uno de mis alumnos, al ver sus gestos de emoción me doy cuenta que no tengo mejor motivación que la ilusión con la cual toman sus clases”, platicó Nallely emocionada.
Gracias al apoyo que recibieron ella y sus alumnos, tienen más comodidad, se sienten seguros en temas de contagios y los niños están más motivados.
“La labor no termina, mi idea es continuar con ella, acudir a comunidades todavía más retiradas donde no es tan fácil que llegue la educación. Siempre intentaré contribuir de alguna manera en la educación de los niños”, dijo la maestra respecto al regreso a clases presenciales.
Nallely está muy contenta de su profesión, ver los resultados que sus alumnos dan la motiva para continuar, además de recibir comentarios y agradecimiento de parte de los papás, al darse cuenta del gran acercamiento que tiene con sus hijos, trabajar y empeñarse tanto para obtener la confianza y demostrar que no hay obstáculo alguno para que ellos puedan aprender.
(EL UNIVERSAL)
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