MÉXICO.- La pobreza es un factor que afecta a millones de personas en México, que en la mayoría de las veces no tienen ni para probar un bocado en todo el día, mientras que diariamente muchas de las compañías desechan millones de kilos de alimentos.
En México se desperdician 54 millones de kilos de comida al día, lo que significa un total de 20.4 millones de toneladas al año.
Esther Escárzaga García, procuradora nacional de la red de Bancos de Alimentos, exclama que en el país esta asociación rescata 120 mil toneladas de alimentos al año y atiende a un millón 300 mil personas todos los días.
“Pero no es ni el 1 por ciento (lo que rescata el Banco de Alimentos) de lo que se está tirando en este país. Es incongruente que tengamos 54 millones de personas en pobreza en general, porque en pobreza alimentaria son 11 millones, pero en pobreza, en vulnerabilidad, tenemos 54 millones de personas, teniendo tanto alimento. Con la mitad del alimento que se tira seríamos un país sin una sola persona con hambre”, expone Escárzaga.
Comenta que hace falta que el Gobierno instituya leyes en donde se beneficie a las empresas fiscalmente por donar alimentos y donde se castigue la destrucción de alimentos.
Porque la destrucción de alimentos implica que la gente no coma, que no tenga salud, que haya contaminación en el medio ambiente, entonces son gastos indirectos que el Gobierno se evitaría.
Asimismo, menciona que el Banco de Alimentos incidió en leyes públicas gracias a esta asociación. Existe en el portal del SAT una bodega virtual de empresas que van a destruir alimento y lo publican para ver qué institución lo puede rescatar.
“Existen incentivos fiscales donde el que dona el alimento puede liberar de su inventario el producto con el recibo deducible de impuestos, deduce por supuesto el costo en ese momento, pero además tiene un incentivo fiscal de hasta el 5 por ciento sobre el valor del producto donado y deja de pagar sobre el ISR anual”, aclara.
Agrega que tienen iniciativas en las cámaras para que se reconozca al Banco de Alimentos como una institución y que se dé más apoyo y más incentivo fiscal al donador de alimentos.
Escárzaga García informa que el alimento que se está tirando en México genera 36 millones de toneladas de gas de efecto invernadero, y evitar la destrucción de alimento mejoraría el cambio climático.
El Banco de Alimentos, además de rescatar alimentos del campo, la industria, tiendas de conveniencia, entre otros, también tiene un convenio con aduanas para que el producto que no se pueda comercializar por alguna razón o son rechazados, en lugar de que se vayan a la destrucción y a la basura, sirva para resolver la problemática de pobreza y de hambre en el país.
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