La pluma profana de El Markés

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Los pecados del hombre

Y se llamaba Legión aquel hombre que invadido estaba por cientos de miles de millones de malos espíritus… vivía en una constante guerra contra sí mismo y sin saber cómo escapar de tan avasallante pandemia emocional… pero un día llegó un fuereño cargado de cierta energía celestial que al ver su deseo por arrancarse aquella costra que le llenaba el espíritu, no dudó en acercarse y ofrecer ayuda… el fuereño entonces, sintiendo piedad por aquel humano que vivía en derrota, llamó con autoridad pidiendo a los invasores salir de donde no eran bienvenidos.

Salvador Valadez Fuentes, ese sacerdote mexicano que hace unas horas fuera excomulgado por el Papa Francisco y que por ende dejara de ser aquello por lo que tanto luchó de joven, llevaba consigo una legión de espíritus de negra procedencia. Según los cristianos Satanás no tiene poder sobre hombre alguno a mas que este le dé la suficiente cabida en su vida y en sus decisiones… por ello Salvador Valadez, ese que había recibido a su Salvador cuando se unió al gremio sacerdotal, terminó fuera de la salvación siendo condenado a vivir como el resto de los humanos y peor todavía, ser juzgado por los cientos de acciones sexuales cometidos contra sus feligreses.

En medio del desafío y del desprestigio social, considerando que el prestigio celestial ya lo había perdido desde hacía muchos años, Chava recuerda sus años mozos en los que en el seminario soñaba alcanzar, si no la beatitud, si esa capacidad para ayudar al alma necesitada, al espíritu aporreado por el desafío del pecado y en el mejor de los casos, ser inspiración para muchos… pero Salvador llevaba arrastrando algo que es por lógica y causa de su caída, un apego a lo sexual proveniente de lo que nunca dejó, la falta de control sobre sus pasiones.

En un intento por salvar a esa alma parasitada de íncubos, el todavía sacerdote fue impelido a recluirse en un monasterio veracruzano, un sitio de terapia en el cual debía purificarse y darse cuenta de que su afiliación a los deseos sexuales hacia quienes estaban bajo su tutela espiritual, no eran sanas. Pero como ha sucedido a otros sacerdotes que igualmente han sido internados en la clínica espiritual en Saltillo, fue cuestión de tiempo para que reincidiera y que sus atropellos causen muchísimo mas daño.

Finalmente el Vaticano tuvo las pruebas suficientes de que el sacerdote había estado oficiando vulgarmente; que con todo y que había sido ungido para realizar sus labores eclesiásticas, lo estaba haciendo sin moral, sin honestidad y en profanación.

¿Bajo qué conciencia extendía la hostia, confesaba fieles, realizaba bautismos y confirmaciones, ejercía misas y salvaba almas internas en el purgatorio? Vulnerar lo más sagrado que posee una religión se paga con excomunión y eso fue justamente lo que se le vino encima a un Salvador que no pudo salvarse del fruto de sus propias acciones… ¿Qué le aguarda tras las rejas luego de que ya los internos saben que abusó hasta de menores de edad?… difícil no es imaginarlo y aunque mal está desearle el mal a un semejante, hay ocasiones en que se torna válido para exorcizar los corajes que la sociedad va acumulando por tantas injusticias.

La manipulación de conciencia es un método muy utilizado cuando una persona desea subyugar serenamente a otra, seducirla, engañarla, hacerle creer que por dónde camina no son espinas, ni vidrios, sino una senda correcta. El creyente podrá ver fuego frente a sí, pero el manipulador lo convencerá diciéndole que son alas de ángeles, el soplo de Dios o el mismísimo espíritu santo. Así, teniendo entre sus manos al seducido, este podrá hacer de él lo que mejor le plazca. Salvador actuó de este modo una y cien veces. Manipuló a tantas damas laicas como quiso haciéndoles sentir que estar en su lecho les daría una entrada segura a los collados eternos, a las mansiones celestiales prometidas a los obedientes. De no acatar, su condena en lo más profundo de los infiernos estaba más que asegurada.

Hoy la diócesis de Chiapas está enteramente devastada porque ese personaje que era mucho para tanta gente, terminó siendo la encarnación comprobada de lo más oscuro. Luego de una investigación tras otra, sus pecados y malas acciones venían dibujándose desde la década de los noventa y en diversos estados de la república. Surgieron entonces denuncias en Estados Unidos y Colombia empeorándolo todo.

Salvador Valdez Fuentes ya enfrentó a un juez religioso que le quitó insignias y autoridades; igual lo condenó y expulsó como impuro y malvado.

El juez terrenal ya lo aguarda para un juico lo bastante estricto. Los delitos de abuso sexual contra mayores contra su voluntad y contra menores de edad lo llevarán a un oscuro presidio… ¿Qué decir del juez al que representaba?, ese seguro ya le tiene preparada su paliza, una tunda que lo condenará en ese infierno que el mismo Salvador tanto pregonó a sus feligreses y del que ni él, llamándose Salvador, se podrá salvar, Adieu.

 

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