CIUDAD DE MÉXICO.- México busca reformar la Iniciativa Mérida que “está muerta”, dijo el canciller Marcelo Ebrard en entrevista con el diario estadounidense The Washington Post.
La Iniciativa Mérida es un programa de ayuda de Estados Unidos por 3 mil millones de dólares que ha sido elemento central de la cooperación de seguridad entre las dos naciones por más de una década, pero que no se ha traducido en una reducción de la violencia.
“La Iniciativa Mérida está muerta. No funciona, ¿ok?” dijo Ebrard al diario. “Ahora estamos en otra era”, agregó.
La iniciativa, lanzada en la administración de George W. Bush, proveyó inicialmente cientos de millones de dólares para aeronaves, helicópteros y demás para las fuerzas de seguridad mexicanas. Pero en los últimos años, recordó el Post, el financiamiento pasó a la ayuda técnica y entrenamiento para reforzar a la policía y el sistema judicial.
A pesar de la ayuda, señaló Ebrard, ha habido un “enorme, enorme incremento de la violencia”. La cifra de homicidios, ejemplificó el rotativo, se ha cuadruplicado desde que se anunció la iniciativa, en 2007. Las muertes por sobredosis de droga en Estados Unidos se dispararon a 93 mil 331 el año pasado, un número récord, en parte debido al creciente uso de fentanilo, que en su mayoría es traficado a través de la frontera sur.
“No hemos reducido ni el tráfico ni el abuso de drogas”, insistió Ebrard. “Así que tenemos que hacer algo más”, añadió.
Mencionó, como las prioridades de México, un mayor enfoque en reducir los homicidios, más que en capturar a los capos de los cárteles; incrementar los esfuerzos para confiscar los químicos que se usan para el fentanilo y otras drogas, y reducir drásticamente el número de armas de Estados Unidos que se trafican ilegalmente en la frontera.
En la administración de Donald Trump no se intentó renegociar la iniciativa porque ambas partes tenían visiones distintas sobre la estrategia de seguridad y la relación bilateral se enfocó, en gran medida, en el tema migratorio.
Una funcionaria del Departamento de Estado, que pidió el anonimato, dijo al Post que el gobierno de Joe Biden ansía “generar una cooperación más robusta” en el tema de seguridad. Incluso autoridades estadounidenses han propuesto una reunión de gabinete con sus contrapartes mexicanos para el otoño, a fin de hablar sobre la Iniciativa Mérida.
Sin embargo, el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador ha cambiado la estrategia de seguridad, creando una guardia nacional controlada por el ejército para reemplazar a la policía federal; en diciembre, el Congreso aprobó una ley que frena la capacidad de las autoridades estadounidenses para trabajar en suelo mexicano, tras el arresto en Los Ángeles del exministro de Defensa Salvador Cienfuegos por cargos de tráfico de drogas, aunque poco después fue liberado y entregado a México.
Consultado por el Post, Shannon O’Neil, analista sobre Latinoamérica en el Consejo de Relaciones Exteriores, describió la situación de esta forma: “Las dos agendas no encajan. La agenda de Estados Unidos es más sobre vigilancia comunitaria, profesionalización, áreas del proceso de seguridad que van de la policía a las cortes y la cárcel. No es el enfoque de la administración de AMLO”.
Pese a que han sido capturados o asesinados decenas de líderes del narco, los cárteles, en vez de colapsar, se han dividido en decenas de grupos que han diversificado sus actividades al robo, la extorsión, el tráfico de migrantes y la venta de metanfetaminas en México. Al mismo tiempo, han tratado de hacerse del control de territorio, explicó el Post, recordando que en marzo, Glen D. VanHerck, líder del Comando Norte, advirtió que los grupos del crimen organizado controlan entre 30 y 35% de México”.
Ebrard dijo al diario que el gobierno mexicano quiere ayudar a desarrollar una mejor infraestructura para resolver los homicidios, tema que describió como “una preocupación mayor para México”.
Una Iniciativa Mérida reformada podría proveer entrenamiento y equipo forense para los equipos especializados mexicanos que darían seguimiento a los casos de homicidio, de la investigación a la sentencia, indicó el canciller mexicano al Post. El plan, añadió, también podría proveer tecnología sofisticada que permitiría a los dos países inspeccionar los contenedores que llegan a los puertos mexicanos y que pueden contener ingredientes para elaborar fentanilo u otras drogas.
“Vamos a diseñar un plan de acción en las áreas en las que coincidimos”, dijo Ebrard, incluyendo reducir el tráfico de armas y cooperar para disminuir el abuso de drogas.
La funcionaria del Departamento de Estado que habló con el diario dijo que la administración Biden recibe con beneplácito las pláticas, pero rechazó la idea de que la Iniciativa Mérida fracasó. La iniciativa, mencionó, permitió entrenar a miles de instructores policiales, jueces, fiscales y otros empleados del sistema judicial, y proveyó equipo para desmantelar laboratorios de drogas, detectar embarques de narcóticos e identificar criminales que tratan de cruzar la frontera con Estados Unidos. Algunas partes de una estrategia exitosa para derrotar a los grupos criminales, admitió, “están más allá de nuestro control. No podemos hacerlo todo”.
México, lamentó O’Neil, “gasta menos en seguridad que prácticamente cualquier otro lugar de Latinoamérica” como porcentaje de su PIB.
El Post señaló que si bien los congresistas estadounidenses probablemente seguirán avalando el financiamiento de la Iniciativa Mérida para evitar que se deterioren las condiciones de seguridad en México, están frustrados con los resultados Entre las cosas que les preocupan está la decisión de AMLO de dar al ejército más poder en el combate al crimen, en vez de fortalecer a las fuerzas policiales civiles, según dijo un funcionario que trabaja en la Cámara de Representantes. “Estados Unidos ha enviado mucho dinero para entrenarlos, profesionalizarlos. Entonces, ¿cómo se verá esto en los próximos años, si la trayectoria continúa?”.
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