NUEVO LAREDO.- El martes 16 de junio de 1982 no es una fecha cualquiera en Nuevo Laredo. Aquel día, una tragedia enlutó a una familia, un niño que se ahogaba en el río Bravo fue rescatado, su héroe, un adolescente de 14 años, Juan Felipe Martínez Guerra Ramírez, “Pipo”.
Aquella tarde calurosa, un niño se metió a las traicioneras aguas del Bravo. En un momento dado, empezó a sumergirse, su vida pendía de un hilo, la muerte ya lo esperaba, sin embargo el destino tenía la última palabra.
Pipo se encontraba también en ese lugar y sin pensarlo se arrojó, salvar a aquel niño era lo importante, lo sujetó, lo puso a salvo, sin embargo, las fuerzas se fueron perdiendo para Pipo, quien vivía en la colonia Hidalgo.
Una corriente en el río lo jaló, un último esfuerzo de salir fue en vano, su llegada al cielo estaba marcada ese día, su vida a cambio de la de otro niño.
La tristeza embargó a la familia, aquel 16 de junio fue el más triste, Pipo de ser un adolescente normal se convirtió en uno de los héroes sin capa de esta ciudad.
Hoy, a 35 años de su muerte su tumba, dentro del Panteón Municipal Antiguo luce con unas flores que fueron colocadas hace unos años… y una leyenda que dice:
“Juan Felipe Martínez Guerra Ramírez, “Pipo”, nació el 3 de noviembre de 1967; falleció el 16 de junio de 1982.
Querido hijo, tu amor al prójimo fue tan grande que diste tu vida por salvar otra. El vacío que nos has dejado con nada se podrá llenar. Pero tu bello recuerdo lo tendremos por siempre”.
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