CULIACÁN.- Los Tigres del Norte han demostrado, con casi medio siglo en la música, supervivencia, y con muchos méritos.
La agrupación originaria de Rosa Morada, municipio de Mocorito, en el estado de Sinaloa, México ha sido por generaciones, la voz de miles de paisanos que tratan de cruzar “la línea” a una vida mejor, mejor conocido como el sueño americano.
AUNQUE HOY EN DÍA SON UNA DE LAS AGRUPACIONES MÁS IMPORTANTES DE LA MÚSICA MEXICANA, EN SUS INICIOS NO TODO FUE MIEL SOBRE HOJUELAS.
Aunque ya pasaron casi cinco décadas de aquella mañana de 1969, Jorge Hernández, el Tigre Mayor, recuerda con claridad un triste momento.
Todo ocurrió en Ontario, Oregón en camino a Idaho, cuando los músicos recién llegados de México, entraron a un restaurante pero no se fijaron en un cartel donde especificaba que “no se aceptan mexicanos”.
“Y no nos quisieron servir el desayuno”, expresó Jorge Hernández a la agencia AFP.
“Eso me marcó porque nunca me imaginé que nos pasaría”.
Gracias a esta experiencia, Los Tigres del Norte encontraron una motivación para contar la historia de los migrantes o las personas que viven el racismo.
“Pero eso nos enseñó a tener visión, para cantar a los migrantes, a contar historias como las que estamos viviendo y que no cambian porque sigue el racismo en su auge y ahora más que nunca con ese personaje (Donald Trump)”.
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