CALIFORNIA.- Keanu Reeves disfruta ser una inspiración para el mundo. El actor de 58 años ha destacado por ser, de manera discreta, una persona humanitaria y empática, algo que, asegura, también traslada a su quehacer laboral.
Tras haber vivido una infancia difícil, con un padre alcohólico y una hermana que se enfrentó a la leucemia, él ha buscado sumar un cambio para muchas personas en el mundo.
Gran parte de sus ganancias las dona a asociaciones dedicadas al estudio del cáncer infantil y con pequeñas acciones en los sets, e incluso en el Metro, ha demostrado que para él los valores van más allá de lo personal.
“Si la historia de la que soy parte puede tener algún tipo de impacto positivo e inspirador, eso es para mí un trabajo ético, y la ética en el trabajo es algo que puede ser muy inspirador para la audiencia”, expresa Reeves a El Universal.
El lado altruista de Keanu Reeves que pocos conocían
“Él fue muy inspirador para el equipo de casting”, bromea Chad Stahelski, director de John Wick, quien ha trabajado con Keanu durante una década como protagonista de esta saga.
La historia sigue a Jonathan, un hombre que tras la muerte de su esposa se aferra al único regalo que le quedó de ella: su perro. Por el cachorro se enfrenta a la mafia después de un ataque violento, abriendo lugar a un pasado que quería dejar atrás.
Aunque muchos han señalado que estas películas resaltan la violencia durante las secuencias de acción, Reeves resalta el amor como impulso principal.
“La historia se basa en dolor y el dolor se basa en un amor profundo y la pérdida de ese amor, y el regalo que John recibió en la primera película de parte de su esposa fue muy importante para la comprensión del personaje, porque él necesitaba algo qué amar, a lo que tuviera que aferrarse, pero eso fue asesinado frente a él y ha sido muy molesto, así que eso es lo que lo hace honorable”, señala el actor.
Para “John Wick 4”, que se estrena el 23 de marzo en cines, el personaje tendrá que poner a prueba sus mejores habilidades como asesino a sueldo para obtener su libertad, luego de librar una serie de pruebas impuestas por el Marqués de Gramont (Bill Skarsgard), un nuevo enemigo con poderosas alianzas en todo el mundo.
Una de las premisas de esta nueva entrega es la amistad que John encuentra en viejos conocidos, como Caine (Donnie Yen) un asesino ciego pero increíblemente hábil.
“Siempre me ha gustado el tipo de películas en las que existe alguna relación fuerte entre los personajes, incluso si están en diferentes líneas. Traté de que hubiera un entendimiento entre los personajes, aun cuando uno podría estar tratando de matar al otro. Creo que a veces eso acerca a los personajes”, explica el director de la cinta.
La nueva entrega destaca por incluir a un nuevo reparto y más artes marciales que en otras ocasiones, con escenarios parisinos como el Museo de Louvre.
“Filmamos durante más de 100 días y creo que estuve haciendo acción como 80 de ellos, pero sabemos que sea cual sea el desafío de John Wick, siempre es un placer. Así que, quizás lo más difícil (de hacer) es también al mismo tiempo lo más divertido”, cuenta un emocionado Reeves.
“Tomamos movimientos de artes marciales y tratamos de hacerlos interesantes, como en Jackie Chan. No se basa realmente en cuán violentos podemos ser, es cuán genial podemos movernos; en hacer algo subversivo que lo haga lucir diferente, ya sea con autos o con escaleras. Sólo queremos hacer algo hermoso, divertido y atlético que haga pensar: ‘wow, ¡no había visto eso antes!’”, agrega Chad.
“La vida tiene muerte”
Cuando el también actor de “Matrix” interpretó por primera vez a John tenía 48 años de edad, tiempo en el que declaró que no recurría a dobles en el 90% de las escenas de acción, pero ahora acepta que en gran medida su edad ha sido el motivo por el cual se han adaptado ciertos retos.
Por ejemplo, ahora usa un arma tradicional de las artes marciales asiáticas llamada nunchaku, por lo que dice Reeves, ha aprendido a aceptar que debido a su edad, ya no es tan hábil como en el pasado, por eso esta cinta ha sido para él la más difícil de todas.
“La vida es vida y la vida tiene muerte”, reflexiona el actor sobre el paso del tiempo. No puedo correr, saltar y jugar tanto como solía hacerlo; trato de reconocerlo tanto como puedo, hay algo de dolor en aceptar eso. Me adormecí con los nunchaku pero aún puedo conducir un auto”, dice entre risas el actor de Un paseo por las nubes.
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