Se llama ‘K5’ y fue desarrollado por una start-up en Silicon Valley.

En el lote de inspección para conductores de Uber, localizado cerca de Mission Bay en San Francisco, deambula un peculiar robot de apenas metro y medio de estatura, con forma de huevo que vigila atentamente los coches del lugar.

Se llama K5, un robot de seguridad diseñado por la start-up Knightscope de Silicon Valley. Tiene múltiples cámaras de alta definición que le dan una visión de 360 grados, un telémetro láser para medir distancias, un sensor de condiciones climáticas, una cámara que reconoce placas de automóvil y capacidad de reconocer personas.

Una vez instalado en un lugar cerrado, K5 recorre el área buscando anomalías. Si alguien sospechoso entra al lote o trata de dañar un coche, el robot enciende una alarma, mandando una señal al personal de seguridad mientras graba todo lo que el individuo hace para usarlo como prueba en su contra.

Los clientes de Knightscope no compran las máquinas, las rentan; normalmente dos al mismo tiempo para cargar la batería de una, mientras la otra patrulla. El costo por máquina es de 7 dólares la hora, en un mercado donde el salario de un guardia de seguridad está entre 25 y 35 dólares la hora.

Si el robot llega a ser dañado de laguna manera por niños o delincuentes, el costo va por parte de sus creadores.

La gente que los ha encontrado vigilando suele fotografiarlos para instagram y publicarlos con el hashtag #securityrobot.