Todos tenemos a nuestra maestra favorita, ya sea porque su clase era muy entretenida, porque enseñaba muy bien su materia o porque además de ello se llevaba muy bien con los alumnos fuera del aula.
Y aunque fuera muy querida por la comunidad estudiantil nunca faltaba la persona que la odiaba.
Este es el caso de una maestra llamada Sra. Johanson, quien no era querida por el alumno Larry. Él reprobó su materia y tuvo que asistir a clases en verano y por ello perder días de vacaciones.
Un día se organizó una reunión entre alumnos y una de las invitadas comentó que esperaba que la Sra. Johanson asistiera. Larry, al ver el comentario, protestó… sin saber que la exmaestra estaba en la conversación.
“Espero que la Sra. Johanson esté en la reunión, ella fue mi maestra favorita”, escribió Monique.
“¿¡Cómo esa mujer fue tu maestra favorita!? Es una prra, por su culpa tuve que hacer verano”
La maestra al ver el comentario le contestó: Desafortunadamente no podré asistir, pero gracias por invitarme al grupo. Larry, lamento que te sientas así. Obviamente mis lecciones de gramática no funcionaron muy bien.
Larry no dejó pasar el momento y nuevamente le escribió: ‘como sea, no pude decirlo en preparatorio, pero ahora sí: eres una prra’
Finalmente, Johanson publicó: Larry, apenas puedes decirlo ahora. Pudiste hacerlo en preparatoria porque ‘prra’ no es una palabra real. Asumiré que quisiste decirme ‘perra’. En ese caso, remarcaré que según la información que pusiste en tu Facebook eres soltero y desempleado. ¿Ahora quién es la perra?
Después de esta discusión se puede decir que Johanson le dio otra lección a Larry.
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