La costa Este de los Estados Unidos amaneció ayer enterrada bajo la nieve tras el paso de la tormenta invernal ‘’Jonas’’ que dejó al menos 29 muertos y provocó cortes de luz, accidentes de tráfico y cancelación de vuelos, aunque el clima mejoraba gradualmente.
Nueva York levantó el domingo una prohibición de viajes y el transporte público comenzó a volver a la normalidad, después de la segunda nevada más intensa desde que se tienen registros, hace siglo y medio. Pero Washington permanecía paralizado.
Jonas podría tener un impacto económico por hasta 850 millones de dólares, de acuerdo con expertos, y los restaurantes, cines, otros lugares de entretenimiento y algunas tiendas minoristas serían los más afectados.
El tránsito aéreo siguió un caos ayer luego de la cancelación de caso 12 mil vuelos durante el fin de semana.
Los aeropuertos reanudaron un servicio limitado en Nueva York, Baltimore y Filadelfia, que recibió toda la nieve de un invierno habitual en tan solo dos días. Los aeropuertos del área de Washington permanecieron cerrados.
Diez entidades, así como la capital de Washington DC, fueron declarados estados en emergencia desde el sábado a fin de recibir ayuda del gobierno federal, en caso de necesitarla y de suspender las operaciones regulares de servicios públicos.
La tormenta fue tan grande que se veía desde el espacio.
Jonas dejó 45.2 centímetros de nieve en Washington, en Filadelfia 56.8 centímetros, y en la ciudad de Nueva York 68 centímetros de espesor. Y hasta los 74 centímetros se llegaron a acumular este fin de semana en Baltimore, donde se batió récord, según datos oficiales.