RUSIA.- De un empate contra Portugal lleno de categoría que puso al Tri a la altura de los grandes, a una victoria de 2-1 contra Nueva Zelanda que implicó las angustias tradicionales.
Grade contra los grandes. Angustiante frente a los pequeños. Así volvió a ser la historia de la Selección Mexicana y no por el inexplicable y poco tangible “exceso de confianza”. Esta vez, el sufrimiento se dio por algo concreto y fue la alineación, que contó con ocho movimientos respecto al partido pasado.
Juan Carlos Osorio ha defendido a capa y espada su filosofía. Y la gran racha con la que llegó a este torneo lo respalda, sin embargo, tantos movimientos en un partido de Copa Confederaciones fue un exceso.
La falta de conjunción fue evidente, a tal grado que Nueva Zelanda de repente pareció equipo imponente. Los oceánicos, que no han ganado un partido en torneo FIFA y ni siquiera marcaron gol en sus últimos cinco juegos de Confederaciones, se pusieron arriba del Tricolor que tres días antes le había igualado, lleno de agallas y buen futbol, al campeón de Europa.
Desde el minuto 9, Carlos Salcedo desvió un balón que casi empujaba Tommy Smith, el defensa que causó casi los mismos peligros que el delantero Chris Wood, quien casi al final del primer tiempo fusiló tras recibir un pase entre líneas para el 1-0.
Estupefacto, sin posesión de pelota ni ideas claras, la Selección Mexicana simplemente había perdido la brújula. También a Carlos Salcedo por un hombro dislocado e incluso a Osorio también se le extravió la compostura porque en esa jugada lamentó falta de “Fair Play” por parte de Nueva Zelanda, a cuyo entrenador le gritó “¡motherfucker!”
Los ingresos de Héctor Moreno, Héctor Herrera y el histórico Rafael Márquez le dieron algo de consistencia al Tri, pero lo realmente valioso fueron las actuaciones de Javier Aquino y Raúl Jiménez.
El jugador de Tigres fue quien provocó los dos goles aztecas por sus desbordes en la banda izquierda.
Primero al servir un pase que Jiménez rubricó con una media vuelta de antología para el empate al 54’ y luego también para darle un balón que Oribe Peralta mandó a las redes al 72’.
Así construyó México un 2-1 que aguantó con las uñas. Porque si bien el rival se salvó de un tercero con un remate de Jiménez que sacó de la línea casi en la compensación, la portería mexicana también sufrió un travesaño de Thomas poco antes.
Con esto, la Selección Mexicana quedó como líder de grupo con 4 puntos, los mismos que Portugal, con quien también tiene la misma diferencia de goles de +1, pero México con un tanto más a favor. A ambos les sigue Rusia con 3 unidades y Nueva Zelanda con ninguna.
https://www.youtube.com/watch?v=OM24N5ALpZM
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