NUEVO LAREDO.- Horas de desesperación, angustia, miedo e impotencia vivieron los habitantes de la colonia ISSSTE, quienes después de las fuertes lluvias y el desbordamiento del arroyo lo perdieron prácticamente todo.
Rostros de cansancio y tristeza es lo que se apreciaba a simple vista, familias enteras luchando por salvar sus últimas pertenencias, pequeños rodeados de miedo e incertidumbre, mascotas corriendo en las calles, vecinos que salían para apoyarse unos a otros, todo, después de esta catástrofe.
Sin embargo, fue la necesidad y el desastre lo que llevó a la ciudadanía a actuar como uno solo, fuerzas armadas, bomberos, madres de familia, jóvenes, niños, todos tratando de salir de esta contingencia.
Unidos como hermanos y como ciudad, iniciaron labores de remoción, limpieza, y sobre todo de solidaridad, demostrando que aun cuando Nuevo Laredo ha sido tocado por la fuerza de la naturaleza, el día de mañana se volverá a levantar.
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