BRUSELAS.- De Lisboa a Roma y de Helsinki a Dublín, a partir de este jueves los ciudadanos comunitarios de la Unión Europea (UE) pueden trasladarse de un destino a otro sin riesgo a complicaciones de entrada por papeleo inapropiado solicitado por la autoridad sanitaria local.
Esto es posible gracias a la introducción del Certificado Digital Covid, un documento de identidad personal con el que se pretende prevalezca el orden y la armonía durante este verano en materia de libre circulación de personas al interior de los 27 miembros de la Unión Europea.
Si bien no es un papel que permita en automático el acceso a un país, los Estados miembros siguen teniendo la capacidad de imponer restricciones unilaterales para salvaguardar la salud pública, el certificado tiene la intención de facilitar los desplazamientos cuando estos sean permitidos bajo ciertos criterios de sanidad.
Moverse dentro de la UE, se ha complicado a causa de la pandemia, principalmente por vía aérea. Muchos países aplican cuarentena a la llegada al destino, otros exigen pruebas PCR, en algunas ocasiones no son aceptadas por ser emitidas en formatos confusos o idiomas extranjeros.
Con el certificado estos obstáculos deben desaparecer, debido a que los datos son homologados, válidos y reconocidos por todos los estados del club comunitario.
El documento también pretende evitar la discriminación. Para la temporada veraniega existía el temor de un trato diferenciado entre los que ya han sido vacunados y los que no, por una cuestión de calendario o por decisión propia.
El promotor de la iniciativa, el Comisario Europeo de Justicia, Didier Reynders, está convencido de que este instrumento genera piso parejo para todos.
El documento aporta tres datos clave: si la persona ha sido vacunada contra Covid-19, si cuenta con una prueba reciente de libre de coronavirus o si se ha recuperado recientemente de la enfermedad.
En el caso del certificado biológico, aporta información sobre el tipo de vacuna y su fabricante, el número de dosis administradas y la fecha; en el caso de la prueba, muestra el tipo de diagnóstico certificado (72 horas para las pruebas de PCR y 48 horas de antígenos), la fecha, hora, lugar y resultado; en tanto que la información correspondiente a la recuperación aporta resultado y fecha de la prueba correspondiente.
Es expedido de manera gratuita por autoridades de los Estados miembros de la Unión y es disponible tanto en formato impreso como digital.
Contiene un código QR que sirve para comprobar la autenticidad, integridad y validez del certificado. La información expuesta, como el nombre, fecha de nacimiento, datos del emisor del certificado y número único de identificación, está redactada en la lengua del país emisor así como en inglés.
Lleva además una firma digital para proteger el documento contra la falsificación. La información no será retenida por los servicios de aduana de los países de entrada, ni en los puntos de abordaje, tarea que suelen realizar las aerolíneas.
La iniciativa fue presentada por el Ejecutivo comunitario el pasado 17 de marzo y ha logrado ver la luz en tiempo exprés gracias a que el Parlamento Europeo activó un mecanismo de urgencia que aceleró los procedimientos legislativos.
Bruselas trabaja con terceros países para el reconocimiento mutuo de certificados. Las pláticas parten del principio de que los certificados del país tercero deben ser emitidos de conformidad con las normas y la interoperabilidad con los de la UE.
Los viajeros de terceros países ya vacunados solo podrán evitar restricciones por motivos de salud pública, tales como pruebas diagnósticas o cuarentena, si la vacuna que le fue aplicada ya fue autorizada por la Agencia Europea del Medicamento (EMA). Los países se reservan el derecho a aceptar o no además las vacunas autorizadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La EMA ha autorizado las vacunas producidas por las farmacéuticas Pfizer, AstraZeneca, Moderna y Janssen, mientras que la lista de uso en emergencias de vacunas de la OMS está compuesta por siete, las cuatro europeas, más Covishield, Sinopharm y la de Sinovac. Otros biológicos, como la rusa Sputnik, ni la elaborada por CanSino Biologics y el Instituto de Biotecnología de Beijing, disponibles en mercados como el mexicano, quedan por el momento excluidas.
En principio el sistema estará en operación 12 meses, aunque Reynders ha dicho que desaparecerá en el momento en el que la OMS declare fin a la pandemia.
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