Uno de los astros de los Juegos Olímpicos de Rio de Janeiro-2016 entrará en actividad el jueves, un día antes de la ceremonia de apertura, cuando el fútbol masculino suba el telón y comience el esperado show del ídolo de los brasileños.
En Brasilia, en el mundialista estadio Mané Garrincha, la seleçao comenzará a construir su sueño dorado cuando enfrente a Sudáfrica por la primera fecha del Grupo A, en el que Irak y Dinamarca se encargarán de darle el puntapié inicial a la aventura olímpica que concluirá el 20 de agosto en el Maracaná.
Después de la humillación sufrida en el Mundial-2014, Brasil pretende saldar la vergonzosa deuda con la obtención del único título que le falta en su rico palmarés, y aunque para la ‘torcida’ el valor no es el mismo, el oro olímpico se ha convertido para ese país en una cuestión de honor.
Es por ello que la verdeamarela y su técnico, Rogerio Micale, le entregaron al crack del FC Barcelona las llaves para guiarlos hasta conquistar la medalla de oro, una ‘neymardependencia’ que al DT hace feliz y que se ha vuelto contagiosa en todo el país.
“Es un sueño, una oportunidad única en la carrera de poder disputar un título olímpico que la selección no tiene y jugando en casa. Es un sueño que quiero realizar”, señaló el mediocampista Renato Augusto, del Beijing Guoan chino y uno de los jugadores mayores de 23 años en la ‘canarinha’.
Tras el debut contra los ‘Bafana Bafana’, Brasil se verá con Irak el 7, también en la capital brasileña, y cerrará la primera fase ante Dinamarca, el 10 en Salvador (noreste).
“Conseguir la medalla sería maravilloso. Hay una obsesión por ella y es un sueño de todos los brasileños. Sería un momento único si la dejamos en casa”, aseguró el defensor Marquinhos, del Paris Saint-Germain.
