Las autoridades iraquíes ejecutaron ayer en la horca a 36 condenados por su implicación en la “masacre de Spiker”, al norte de la ciudad de Tirkit, en la que el grupo terrorista Estado Islámico (EI) asesinó a cientos de soldados iraquíes en junio de 2014.

El canal de televisión estatal Al Iraquiya informó que el Ministerio de Justicia comenzó a aplicar la pena de muerte a 36 condenados en la cárcel de Al Naseriya, en la provincia de Zi Qar, en el sur de Iraq.

Por su parte, el diario estatal “Al Sabah” indícó que las condenas fueron refrendadas por el Tribunal de Casación y la Presidencia iraquí.

Al menos 64 personas fueron condenadas a muerte por este suceso en dos juicios cuyas sentencias se pronunciaron en febrero pasado y en julio de 2015.

Cuando la base militar de Spiker fue tomada por el Estado Islámico se calcula que en ella había unos 1,700 soldados, muchos de los cuales fueron ejecutados por los yihadistas.

Más de 500 cadáveres procedentes de Spiker han sido exhumados de fosas comunes desde que el 31 de marzo de 2015 las tropas iraquíes consiguieron arrebatar al Estados Islámico el control de Tikrit.

Esa matanza fue de las más graves cometidas por el Estado Islámico en Iraq y desencadenó acciones de venganza de milicias chiíes contra tribus suníes, a las que acusaron de respaldar a los yihadistas.