TIJUANA, BC.-Alrededor de 150 migrantes intentaron cruzar a Estados Unidos en la madrugada del primer día del año en la frontera entre Tijuana y San Diego, pero la mayoría no lo consiguió ante el operativo de contención que implementó la Patrulla Fronteriza con el uso de gases lacrimógenos lanzados a territorio mexicano.
Un helicóptero con vuelos rasantes -con su faro lanzaba luz sobre ellos – y unas 15 patrullas con elementos armados que los llamaron, en distintos tonos, a desistir.
La última noche del año y la madrugada del primer día de 2019 fueron considerados por decenas de migrantes un momento oportuno para internarse en el vecino país y entregarse a la policía fronteriza. La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) informó que 25 migrantes, entre ellos dos adolescentes, consiguieron cruzar y fueron detenidos; “la mayoría, incluyendo a aquellos con hijos, regresaron a México a través de un agujero debajo de la cerca o trepando sobre ella”, dice un comunicado emitido desde Washington. La prensa registró en fotos y videos varios intercambios, la dispersión de que fueron objeto con gases y la larga noche que se vivió en esta frontera.
Después de varios intentos los integrantes de la Caravana -hombres, mujeres y niños -regresaron al campamento donde han pernoctado las últimas semanas, una bodega que les proporciona el gobierno federal, pero dónde son acosados constantemente por autoridades locales, que amenazan con desalojarlos argumentando una situación de insalubridad.
En pequeños grupos, los migrantes intentaron cruzar por la zona residencial de Playas de Tijuana aunque se ha vuelto muy complicada porque está llena de alambradas con púas; el cañón de Los Laureles y la zona habitacional de Terrazas de Mendoza. Para evitar ser vistos por la policía estadounidense los grupos se dividieron y refugiaron en casas rodantes y vehículos estacionados en el área.
El frío y una ligera lluvia azotaron la zona oeste de Tijuana a esa hora, sin embargo la luz de los helicópteros con reflectores que iluminaban el muro, obligó a los centroamericanos a permanecer tirados en el piso esperando una posibilidad para brincar la valla. El comunicado del CBP dice que los agentes de la Patrulla Fronteriza fueron testigos “del intento de varios migrantes de pasar a niños pequeños” por encima de las alambradas, y que “humo y medidas mínimas de seguridad fueron desplegadas”, después de que un grupo les lanzó piedras desde México.
“Los agentes desplegaron humo, gas pimienta, y gas CS (nombre común del clorobenzilideno malononitrilo – un gas lacrimógeno ) en una posición contra el viento de los lanzadores de rocas y hacia el sur de la valla fronteriza. Los despliegues no estaban dirigidos a los migrantes que intentaban ingresar a los Estados Unidos o en la línea de la cerca”.
La respuesta de la Patrulla Fronteriza a la presencia migrante fue inmediata, hubo intercambios con algunos grupos, pero cuando uno de ellos se hizo más grande y parecía que juntos se iban a dar valor para brincar, les arrojaron gases lacrimógenos al lado mexicano para ahuyentarlos. Las piedras desde el lado mexicano fueron lanzadas después de que hizo su aparición el gas, pudieron acreditar periodistas presentes.
También llamó la atención de la prensa, la presencia de tres extranjeros -identificados por la prensa internacional como estadounidenses- organizando a los migrantes. Incluso hay el testimonio de un fotógrafo al que estos extranjeros intentaron quitarle su equipo fotográfico, mientras decían al resto que no podían tomar fotos.
Los migrantes llegaron la noche del lunes a la zona justo cuando la ciudades fronterizas festejaba como todos el inicio de año nuevo, creyendo que era un buen momento para lograr su objetivo: cruzar. Tenían varios días organizando la expedición, incluso algunos realizaron pequeñas despedidas, maneras de decir adiós a quienes se convirtieron por la casualidad en compañeros de viaje.
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