Ya sea por la lejanía del resto del mundo, un frío que congela más allá de los huesos y población bien entrenada además de altas montañas que hacen imposible el traslado de artillería pesada, estas naciones tienen “muros” naturales que los convierten en verdaderos fortines casi imposibles de penetrar.
Una invasión militar al territorio de Rusia sería una pesadilla para cualquier ejército que se atreviera a hacerlo, sostiene un periódico sueco Svenska Dagbladet. El medio ha publicado un artículo en el que describe los desafíos y dificultades que afrontarían los agresores si deciden invadir Rusia, Suiza y Nueva Zelanda.
El autor del material enfatiza que aquellos que se atrevan a atacar a Rusia tendrán que luchar en condiciones climáticas muy difíciles: montañas, pantanos, tundra congelada, ríos turbulentos y bosques impenetrables sin límites. Además, el pueblo ruso tiene una vasta experiencia en guerras a gran escala, agrega.
Por su parte, señaló que un ataque a Suiza sería complicado por su ubicación. Este país se encuentra en el medio de las altas montañas de los Alpes, lo que lo hizo inexpugnable durante muchos siglos. A pesar de que el Ejército suizo cuenta con un total de 150.000 personas, cerca de cuatro millones de ciudadanos entrenados militarmente están listos para defender a la nación, asegura el diario sueco.
En el caso de Nueva Zelanda, como sucede con Suiza, la dificultad está determinada por la ubicación. El país se encuentra a más de 1.600 kilómetros de la nación más cercana, Australia, y aún más lejos de los países de Asia y del resto del mundo, lo que complicaría el suministro al Ejército del agresor, concluye el medio.
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