El niño, de sólo 8 años, se suicidó el pasado 26 de enero. Su madre, Cornelia Reynolds, siempre sospechó que el pequeño Gabe había sufrido bullying y que atormentado decidió terminar con su vida. Pero no tenía ninguna prueba. Nada que pudiera conectar sus especulaciones con la muerte de su pequeño.
Cinco meses después se enteró de que había un video que mostraba cómo su hijo fue salvajemente golpeado en el interior del baño de su escuela en Cincinnati, Estados Unidos, dos días antes de suicidarse. La madre cree que ese evento fue decisivo para que decidiera colgarse con su propia corbata personalizada en su habitación.
Gabe era estudioso y simpático. Pasaba muchas horas en la enfermería y a veces no quería concurrir al colegio. Su madre interpretó esas conductas como señales de que algo raro estaba pasando (Jennifer Branch)
La oficina del sheriff Lakshmi Sammarco confirmó el jueves que reabrió la investigación para conocer las circunstancias de la muerte de Gabriel Taye. El Departamento de Escuelas Públicas de Cincinnati se negaba a hacer pública la grabación, pero luego de que el Inquirer diera a conocer su existencia, cambió de parecer. Finalmente lo difundió el viernes a la noche.
Las imágenes muestran el momento en que el niño ingresó al baño de su colegio, donde fue golpeado brutalmente por varios compañeros. Quedó tendido en el suelo, inconsciente, durante cinco minutos. En esa interminable tortura se burlaron de él, continuaron pateándolo e insultándolo sin que pudiera escapar de ellos. Todo eso ocurrió hasta que un responsable escolar pudo detenerlos.
El distrito escolar defiende a la institución y dice que el video no es tan crudo. Señalaron que se siguieron todos los protocolos y que la madre fue advertida por una enfermera del colegio sobre lo sucedido y que incluso le recomendaron que lo llevara a un hospital. Cornelia negó esto último. Su hijo pasaba varias horas en la enfermería de la escuela y en ocasiones no quería concurrir. Prefería quedarse en casa.
Esa noche, al contarle a Gabriel que se habían comunicado con ella, el niño tuvo náuseas y vomitó. Su madre lo llevó a una guardia hospitalaria, pero nada raro había en él. Al día siguiente no fue al colegio. Regresó el 26 de enero, dos días después de la golpiza. Al regresar a su vivienda, nadie sabe por qué, subió a su habitación y se quitó la vida.
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