Chapecó recibió este sábado los cuerpos de sus futbolistas muertos en el accidente aéreo de esta semana en Medellín, para rendirles un tributo multitudinario en el estadio donde este pequeño equipo del sur de Brasil había ganado notoriedad continental.
Dos Hércules-130 de la Fuerza Aérea Brasileña (FAB) se posaron con pocos minutos de diferencia, a partir de las 09H45 locales, con los restos de los 50 futbolistas y directivos del club repatriados desde Colombia.
El primer arribo fue saludado por una salva de fuegos artificiales en el Arena Condá, que empezó a llenarse desde las primeras horas de la mañana, pese a la lluvia torrencial.
Los ataúdes empezaron a ser sacados de los aparatos con escoltas militares, bajo los aplausos de los allegados de las víctimas admitidos en el lugar. Desde allí fueron conducidos en procesión hasta al estadio donde el equipo vivió horas memorables de la epopeya que los convirtió en finalistas de la Copa Sudamericana, un sueño que se estrelló en las montañas de Medellín.
La población respondió presente, y se dirigía hacia el lugar con sus camisetas verdes. “Vinimos porque el Chapecoense está en nuestro corazón, es nuestra familia. La lluvia no nos ha parado porque teníamos muchas ganas de despedirles”, dijo Patricia Carraro, una cajera de 32 años, que iba a la ceremonia acompañada por su familia.
Hermanos colombianos
La ciudad de Chapecó agradeció hoy a sus “hermanos colombianos” el amparo ofrecido tras el trágico accidente.
Las alusiones a Colombia y al Atlético Nacional se repitieron durante el velorio colectivo en el que miles de personas rindieron su último homenaje a los ídolos del Chapecoense.
El alcalde de Chapecó, Luciano Buligon, entró en el campo con una camiseta del Atlético Nacional, rival contra el que el Chapecoense se hubiese enfrentado en el partido de ida de la final de la Copa Suramericana si la tragedia no hubiese ocurrido.
Buligon, quien acompañó en Medellín las labores de repatriación de las víctimas, aseguró que los brasileños “nunca olvidarán lo que Colombia hizo por el Chape”, como se conoce cariñosamente a este equipo del estado de Santa Catarina.
“Gracias a la solidaridad, la caridad y la fraternidad del pueblo; además por su extrema competencia a la hora de trabajar por el ser humano, pudimos tener la dignidad de traer a nuestra tierra los cuerpos de las víctimas”, resaltó Buligon, ante un estadio repleto a pesar de la fuerte lluvia que cayó en Chapecó.
El presidente interino del club brasileño, Iván Tozzo, agradeció a los “hermanos de Colombia” por “amparar” y “acoger” a los “guerreros”, después del fatal accidente ocurrido la noche del lunes a sólo unos kilómetros del aeropuerto de Rionegro.
En las gradas, había banderas de Colombia y mensajes en grandes pancartas en los que se leía “muchas gracias al pueblo colombiano”.
El presidente de Brasil, Michel Temer, también trasladó a su homólogo colombiano, Juan Manuel Santos, y a las autoridades locales su gratitud por el apoyo prestado durante y después de las labores de rescate.
Colombia rindió un emotivo homenaje a las víctimas del Chapecoense el pasado miércoles, cuando el Atlético Nacional y el club brasileño debían de enfrentarse en el partido que hubiera supuesto la primera final internacional del equipo de Chapecó.
En un gesto de nobleza deportiva, el club colombiano pidió a la Confederación Sudamericana de Futbol (Conmebol) que el título del torneo internacional fuese directamente a las vitrinas del Chapecoense.
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