Chilpancingo.— Los tres tigres que el 15 de febrero fueron asegurados por policías y militares en el municipio de Quechultenango, Guerrero, el bastión de la organización criminal Los Ardillos, están desaparecidos.
En un comunicado, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) informó que cuando arribaron al lugar para trasladar a los tres tigres, junto con personal de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), la Fiscalía General del Estado (FGE), el Ejército, la Guardia Nacional (GN) y agentes del Ministerio Público (MP), la jaula estaba abierta, vacía, limpia, sin restos de excreción, alimentos o sangre.
La Profepa informó que los sellos de aseguramiento estaban rotos, por lo que se está realizando una investigación para localizar a los felinos.
El pasado 15 de febrero, el Ejército, la GN, las policías estatal y ministerial realizaron una operación en la comunidad de Tlanicuilulco. El operativo concluyó dos días después, cuando unos 500 pobladores sacaron a 50 militares y policías.
Como resultado, un individuo fue arrestado y se incautaron 28 kilos de marihuana, 11 vehículos, autopartes, un arma de grueso calibre y cartuchos útiles, así como los tres tigres, que quedaron bajo resguardo en su jaula, en el lugar donde fueron hallados.
Según las autoridades, dejaron los tigres en el mismo lugar porque no tenían las jaulas listas para trasladar a los felinos.
El 26 de febrero, en una operación llegaron al lugar donde estaban los tigres para llevarlos a una Unidad de Manejo Ambiental (UMA), al parecer, la que está ubicada en el municipio de Tecpan, en la Costa Grande.
El pasado viernes, la desaparición de los felinos trascendió a las redes sociales: se difundió que los animales habrían sido sacrificados, lo que no se confirmó.
Al respecto, una fuente del gobierno de Guerrero no descartó que los tigres fueran rescatados por su dueños.
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