CIUDAD DE MÉXICO.- Vivir con dos hermanos “genio” no fue una presión para que Dafne Almazán Anaya desarrollara su inteligencia; al contrario, considera un plus tener familiares que fomenten su educación y las ganas de cambiar al mundo, dijo a EL UNIVERSAL la joven que concluyó sus estudios de maestría en Educación por el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM).
Dafne creció entre niños sobredotados. Cuando tenía tres años diagnosticaron como genio a su hermano Andrew, quien al estar inscrito en una escuela tradicional tuvo que sortear el rechazo de sus compañeros. Sus padres buscaron ayuda y fue así como detectaron las capacidades del ahora médico y sicólogo, que además tiene un doctorado en educación y dos maestrías.
Delanie, quien es “el sándwich” de la familia, siguió los pasos de Andrew y a sus 19 años concluyó la carrera de sicología, estudia filosofía y cursa una maestría en educación.
La menor de los hermanos Almazán, con sus 16 años, se recibió en sicología y como segunda carrera eligió Derecho, además de que ha terminado la maestría en Educación con Acentuación en Mecanismos de Enseñanza. Los tres forman parte del Centro de Atención al Talento (CEDAT).
Dafne asegura que “es falso que un niño genio se pierde la etapa de la infancia, que se la pase estudiando todo el día”.
Ella toca el piano, el violín, juega con sus perros, practica taekwondo, kempo, le encanta cocinar y ver películas: El juego de Ender es de sus títulos favoritos porque aborda el tema de niños sobredotados.
Entre sus retos personales destaca un proyecto para detectar con más facilidad a los menores de edad con grandes capacidades y evitar que al estar inmersos en un sistema educativo tradicional sufran de bullying. “Tenemos que sacarlos de ese entorno para lograr que tengan una seguridad emocional y sean felices, porque son niños”, dice y agrega que se focalizará en el género, porque las niñas sobredotadas son más difíciles de encontrar. “Ellas se adaptan y se van perdiendo, por eso de cada 10 niños genio sólo dos son mujeres”.
La adolescente, que también es fan de la saga de Star wars, agradece el apoyo de sus papás, puesto que lo considera fundamental para desarrollar una mente brillante. “Ellos me han apoyado, tanto en la estabilidad emocional como en lo académico. Para que Delanie y yo no sufriéramos los mismos rechazos que Andrew nos inscribieron en el CEDAT, donde se atiende a niños con talento. Ingresé a los ocho años y tenía amigos, la única diferencia es que todos estudiábamos a un paso más acelerado y gracias a eso es que ahora nos consideran genios”.
No culpa al sistema educativo de la falta de atención a niños sobredotados, “el llamado es más hacia los pequeños y los papás, porque las escuelas siguen un programa para estudiantes promedio, entonces hay que hacer que ellos tengan educación diferenciada y convivan con chicos de su edad y que avancen a su ritmo. Para los papás, si ven que sus hijos son catalogados como niños problema, que se aburren, que los rechazan, entonces puede ser que sean sobredotados”, comenta.
Pide a los padres de familia que estén al pendiente de sus hijos y les enseñen que ser diferentes no está mal, siempre y cuando usen sus capacidades para lograr sus sueños.
“Hay que evitar que estos niños queden rezagados; nuestro trabajo es impulsarlos y que hagan cosas grandes”, afirma.
Los invita a no regañarlos si los acusan de ser problemáticos. “Pueden meterse a la página del Centro de Atención al Talento y revisar el perfil del niño sobredotado, es la mejor oportunidad de que potencialicen sus capacidades”, recomienda.
Algunas cualidades en los menores de edad sobredotados son hiperactividad, que disminuye al presentarse una tarea demandante o de interés para el niño; aprendizaje rápido, suelen ser distraídos pero comprenden sin prestar atención, intervienen en pláticas de adultos y puede entenderlas; además, les gusta conversar con gente mayor que él, continuamente arma objetos o estructuras y tiende a querer imponer sus reglas.
También tiene baja tolerancia a la frustración, lo que genera una búsqueda incansable por conseguir siempre sus objetivos.
En 2015 la revista Forbes nombró a Dafne una de las Mujeres Poderosas; en 2016 recibió el Premio Nacional de Psicología y del Tecnológico de Monterrey el galardón “Mujer Tec”, pero ser reconocida no es su mayor ambición, sino cambiar la educación de los niños superdotados.
A la taekwondoín cinta verde también le gusta leer. Entre sus libros favoritos rescata clásicos como El mercader de Venecia, de William Shakespeare, y Los miserables, de Víctor Hugo. En las últimas semanas no ha podido elegir un libro porque se ha dedicado por completo a su tesis de la maestría.
Sus mayores sueños son culminar sus grados académicos y cuando sea mayor formar una familia. “En la vida hay tiempo para todo, para estudiar, divertirse, enamorarse, sólo hay que saber diferenciar para así organizar los tiempos y esforzarnos al cien para ser los mejores en cada una de las actividades que realizamos”.
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