CD. DE MÉXICO.- El sentido del tacto humano abarca una extraordinaria variedad de sensaciones complejas conocidas como sensaciones hápticas, que hasta ahora han sido mayormente imitadas por tecnologías basadas en simples vibraciones. Sin embargo, un grupo de ingenieros de la Universidad Northwestern (EE. UU.) ha creado un innovador dispositivo que reproduce de forma precisa una amplia gama de estas sensaciones.
Este avance se detalló en la revista Science el pasado jueves. El dispositivo, de diseño compacto, ligero e inalámbrico, se coloca sobre la piel y genera fuerzas en diversas direcciones para crear sensaciones como vibraciones, estiramientos, presiones, deslizamientos y torsiones. Además, permite la combinación de distintas sensaciones y puede modular su velocidad, proporcionando una experiencia táctil más rica y realista.
Alimentado por una batería recargable, el dispositivo se conecta de manera inalámbrica a auriculares de realidad virtual y teléfonos inteligentes mediante Bluetooth. Su tamaño y eficiencia lo hacen compatible con otros dispositivos electrónicos portátiles, ampliando su versatilidad.
El equipo de investigación cree que, en el futuro, su tecnología podría mejorar las experiencias virtuales, asistir a personas con discapacidades visuales en su navegación por entornos, reproducir texturas en pantallas para facilitar las compras en línea, ofrecer retroalimentación táctil en consultas médicas a distancia, e incluso permitir que personas con discapacidades auditivas “sientan” la música.
John A. Rogers, director del proyecto, subraya que la mayoría de los actuadores hápticos actuales se limitan a hacer contacto con la piel, mientras que el tacto humano puede percibir sensaciones mucho más complejas. “Queríamos desarrollar un dispositivo capaz de aplicar fuerzas en cualquier dirección: empujar, girar, deslizar”, explica. Para lograrlo, construyeron un actuador minúsculo que permite mover la piel en diversas direcciones, de forma controlable y programable.
Uno de los mayores desafíos de la tecnología háptica ha sido replicar la complejidad del tacto humano. Aunque las tecnologías visuales y auditivas han evolucionado rápidamente, los sistemas hápticos se han quedado atrás, ofreciendo solo sensaciones básicas como zumbidos. “La piel no solo se puede pinchar o estirar, sino que puede experimentar un estiramiento lateral, rápido o lento, y patrones complejos, como los de toda la palma de la mano”, explica J. Edward Colgate, experto en háptica y coautor del estudio.
Para superar este desafío, el equipo desarrolló el primer actuador capaz de mover fuerzas en cualquier dirección sobre la piel, activando los mecanorreceptores, que son las terminaciones nerviosas sensibles al tacto. Este dispositivo, que mide solo unos pocos milímetros, utiliza un imán diminuto y bobinas de alambre dispuestas en forma de nido. Cuando la electricidad pasa por las bobinas, se genera un campo magnético que mueve el imán, permitiendo simular sensaciones como pellizcar, estirar, apretar o golpear.
Además, el dispositivo incluye un acelerómetro que rastrea su orientación espacial, lo que permite ajustar la retroalimentación táctil según la posición y movimiento del usuario, indica EFE. Si, por ejemplo, el dispositivo se coloca en la mano, puede detectar si la palma está hacia arriba o hacia abajo, y seguir sus movimientos, velocidad y rotación.
La capacidad de seguir el movimiento es clave para mejorar la navegación en entornos virtuales o la interacción con texturas en pantallas. Además, el sistema puede convertir los sonidos en vibraciones táctiles, permitiendo que el usuario “sienta” la música y distinga entre diferentes instrumentos, variando la dirección de las vibraciones para alterar tonos y matices.
“Nuestro sistema podría reducir aún más la distancia entre el mundo físico y digital, haciendo que las interacciones digitales sean más naturales y atractivas”, concluye Rogers.
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