Donald Trump oficializó este viernes que el actual gobernador de Indiana, Mike Pence, es el elegido para acompañarle en el ticket electoral como candidato a vicepresidente.

El jueves en la noche, tras conocerse el ataque en Niza, el magnate informó que pospondría el anuncio hasta el fin de semana, pero este viernes por la mañana amanecía con un tuit inesperado: “Tengo el placer de anunciar que he elegido al gobernador Mike Pence como mi compañero de fórmula vicepresidencial”.

Era un secreto a voces que Pence era el hombre, pero en los pasillos se decía que Trump nunca estuvo convencido. Incluso, algunas versiones aseguran que durante la madrugada todavía estuvo preguntando a sus consejeros si podía cambiar de candidato.

Todavía no hay química entre los dos y de momento se trata de un matrimonio de conveniencia mutua.

El nombre del gobernador de Indiana es el nombre de consenso que tiene que servir para tranquilizar a las élites republicanas.

Ultraconservador y religioso, Pence no duda en mostrar su lealtad al partido y a los valores republicanos. En teoría, debería ayudar a Trump a reconstruir los puentes entre un magnate impulsivo que va por libre y un liderazgo conservador que quiere atarle lo máximo que pueda en beneficio del bien común: recuperar la Casa Blanca.

La campaña de Hillary Clinton estaba preparada para responder al nombramiento.

“Si tenían alguna duda de que Trump mantiene su peligroso plan para Estados Unidos, digan ‘hola’ a su elegido vicepresidente”, señaló Clinton en su cuenta de Twitter.

Su jefe de la campaña, John Podesta, recordó en un comunicado que Pence fue uno de los primeros en defender a los ultraconservadores del Tea Party.

Definió al virtual candidato a vicepresidente republicano como un personaje “divisivo e impopular, conocido por apoyar medidas discriminatorias y políticas económicas fallidas para beneficiar a los millonarios y no a las familias trabajadoras”.

“Trump y Pence construyen un gran, enorme, bonito muro… entre Estados Unidos y el progreso”, concluye un vídeo difundido por la campaña demócrata.

El Partido Republicano, por su parte, ve a Pence con buenos ojos por sus valores conservadores y su experiencia política, lo que debería servir para recuperar al votante moderado.

A pesar de todo esto, la elección de Pence quizá no tiene un impacto electoral tan destacado. “Los compañeros de fórmula raramente tienen un impacto significativo en el resultado de las elecciones porque los estadounidenses votan por el presidente, no el vicepresidente”, aseguró Stephen Craig, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Florida. Y auguró: “Probablemente tendrá poco o ningún impacto en el resultado final”.