Científicos del Instituto de Neurobiología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en Querétaro, realizan un estudio para conocer la función de los mecanismos neuronales en el cerebro durante la toma de decisiones.
Los doctores trabajan con base en el modelo “caminata aleatoria”, el cual propone que la actividad eléctrica de las neuronas de la corteza cerebral parietal refleja la acumulación gradual de información sensorial usada para la toma de decisiones básicas.
En una entrevista con la Agencia Informativa del Conacyt, el responsable del proyecto, Víctor Hugo de Lafuente Flores, explicó que dicho método estudia los incrementos progresivos en la frecuencia de disparo que se ven en las neuronas parietales.
A la par del proceso anterior, el cerebro obtiene información sensorial y planea hacer una decisión, lo que podría ayudar a los científicos a conocer los algoritmos o la serie de pasos que siguen las neuronas en acciones tan simples como: hacía dónde mover los ojos.
De Lafuente Flores explicó que el proyecto lo inició durante su estancia posdoctoral en la Universidad de Seattle, Estados Unidos, con el investigador Michael N. Shadlen (dueño del modelo), en el que trabajaron con monos Rhesus.
A estos animales se les mostraba en una pantalla de computadora una serie de puntos que se movían a la izquierda y a la derecha, luego se observaba el movimiento en la pantalla para ver hacia qué dirección dirigía la mirada el mono.
“Es un estímulo muy sencillo, son puntos ubicados a la izquierda o a la derecha, pero tiene todos los componentes para que se tome una decisión. En este caso, el mono recibe información visual, la analiza y la transforma de tal manera que puede decidir respecto a dónde dirigir su mirada”, puntualizó De Lafuente Flores.
“La manipulación experimental clave es que la intensidad del movimiento en la pantalla es muy fuerte, son decisiones rápidas y muy precisas, lo que hacía que el mono no se equivocara en las decisiones, pero a veces el movimiento contiene mucho ruido lo que le dificultaba observar el estímulo y la toma de decisiones”, agregó.
El investigador expuso que el estímulo inicia en un tiempo cero, cuando el mono comienza a ver el movimiento y la información sensorial es ruidosa, a su vez las neuronas responden al movimiento.
Cuando los científicos querían una decisión más precisa aumentaron la altura del umbral, que es lo que modifica el proceso en la toma de decisiones, así la información tardaba en llegar lo que implicó un mayor análisis sensorial.
“Las neuronas se comunican unas con otras a través de un impulso eléctrico que se llama potencial de acción, entonces, cuando la neurona A le quiere hablar a la neurona B, entre ellas hay un axón, que es una fibra muy delgada que comunica una neurona con otra”, explicó.
“Lo que hacemos es poner un electrodo, un cable muy delgado cerca de la neurona que emite el mensaje, para que pueda registrar la chispa eléctrica del potencial de acción”, abundó.
El investigador refirió que el siguiente paso será diseñar una tarea conductual en la que los monos tarden más tiempo en tomar decisiones, porque cuando las toman de forma rápida es difícil estudiar la actividad eléctrica.
“Buscamos que esta tarea conductual haga que los monos tarden arriba de un segundo y poderlas estudiar de una manera más precisa, también hay que ponerles estímulos muy ambiguos y hacer que se equivoquen a pesar de que no les gusta”, dijo De Lafuente Flores.
“Eso es algo muy particular de los monos Rhesus, cuestionan el por qué su decisión es errónea, incluso, hasta deducen que estás haciendo trampa. Cuando a estos monos les pones un estímulo muy difícil llegan a molestarse, se abstienen de responder, cruzan los brazos y no contestan”, finalizó.