China.-La nave espacial china de carga “Tianzhou 1” despegó hoy hacia la órbita terrestre para acoplarse con el laboratorio “Tiangong 2” y realizar una serie de ensayos y experimentos.
El cohete Larga Marcha-7 Y2 que lleva la nave despegó sin problemas a las 19:41 hora local (11:41 GMT) desde el Centro Espacial de Wenchang (en la isla suroriental de Hainan), dando inicio a una misión de cinco meses de duración.
El desarrollo de un carguero espacial es imprescindible para el objetivo chino de tener en órbita una estación espacial propia, cuyo primer módulo será puesto en el espacio en 2019 (un año después de lo previsto inicialmente) y que se espera concluir para 2022.
Durante su misión, la nave “Tianzhou 1” ensayará tres tipos diferentes de acoplamientos con el laboratorio espacial chino, al que llevará además combustible para mantenerse en órbita, así como equipos científicos y técnicos.
Como ninguna de las naves tiene tripulantes, todas las tareas se realizarán de forma automatizada y bajo control remoto desde tierra.
Tras su periplo de cinco meses a una órbita de 385 kilómetros de altura sobre la Tierra, el carguero espacial iniciará un descenso controlado para desintegrarse en las capas altas de la atmósfera terrestre.
El principal objetivo de esta primera misión es comprobar el funcionamiento de esta nueva nave, que será necesaria para el transporte de todo tipo de suministros a la estación espacial.
“Este lanzamiento constituye una nueva etapa” dentro de la estrategia del programa espacial tripulado chino hacia “la construcción de nuestra estación espacial”, explicó en declaraciones a la prensa antes del lanzamiento Lin Xikiang, subdirector del Departamento de Diseño del Programa de Ingeniería Espacial.
La futura estación espacial requerirá un suministro periódico de alimentos, agua, oxígeno y materiales, por lo que el programa espacial chino no puede plantearse su construcción sin tener previamente un sistema fiable para garantizar ese transporte.
El “Tianzhou 1” es una nave de nueve metros de largo con una capacidad de carga de 6,5 toneladas y un peso total de 13 toneladas, cuyo desarrollo ha supuesto “un esfuerzo de seis años” en el diseño y construcción, apuntó por su parte Luo Guqiang, responsable adjunta de la misión.
El cohete empleado, el Larga Marcha-7, constituye una nueva generación de vehículos que realizó su primer lanzamiento en junio del año pasado desde este mismo centro espacial. Con 53 metros de alto, pesa 594 toneladas, combustible incluido.
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