CHILE.- El Congreso de Diputadas y Diputados de Chile ha aprobado por amplia mayoría la propuesta de ley para reducir la jornada laboral de 45 a 40 horas semanales, una nueva legislación que ahora deberá ser ratificada por el presidente del país, Gabriel Boric.
La Cámara Baja ha aprobado con 127 votos a favor y tan solo catorce en contra —todos ellos del ultraderechista Partido Republicano— esta propuesta de ley, formulada hace ya cuatro años por la entonces diputada y ahora portavoz del Ejecutivo, Camila Vallejo. Ya en 2019 el Congreso aprobó la propuesta, si bien es cierto que el Senado la mantuvo bloqueada hasta que Boric asumió la Presidencia e impulsó la votación de una ley que había sido uno de los pilares fundamentales de su candidatura.
Chile se convierte junto a Ecuador en los dos únicos países de América Latina con una carga laboral de 40 horas semanales, frente a las 48 que, por ejemplo, rigen en Argentina, Bolivia, Colombia, Costa Rica, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú y Uruguay, según la OIT. Aunque legalmente en México son 40 horas, en la práctica se suelen realizar más.
“Para las personas que están en sus casas (…) que muchas veces deben dejar a sus hijos dormidos porque deben salir muy temprano, este es un proyecto que va a contribuir enormemente a nuestra calidad de vida”, comentó la ministra del Trabajo Jeannette Jara.
Ahora el presidente Boric deberá promulgar definitivamente esta ley, y desde el Ejecutivo esperan que la rúbrica final pueda darse el día 1 de mayo aprovechando la conmemoración del Día Internacional de los Trabajadores.
El secretario de Trabajo, Giorgio Boccardo, ha explicado que el objetivo del Gobierno pasa implementar la jornada de 40 horas de forma paulatina durante los próximos cinco años, de tal forma que las empresas reduzcan por cada año una hora semanal de la jornada de sus empleados. Sin embargo, Boccardo confirmó que aquellas empresas que apuesten por una reducción inmediata de la jornada laboral, recibirán a cambio el ‘Sello 40 horas’, una certificación especial del Gobierno.
“Es bueno para muchas familias. Yo recién a mis 60 años estoy haciendo vida familiar. Voy a llegar a casita temprano para disfrutar de los nietos”, afirma Julio Arancibia, un jardinero de 60 años.
Según la normativa, los empleadores no podrán recortar las remuneraciones de los trabajadores y ambas partes podrán negociar una semana de cuatro días de trabajo y tres de descanso. Sin embargo, este beneficio no llegará al trabajo informal, que en Chile alcanza al 27.3%.
“A nosotros no nos afecta mucho (la nueva ley). Trabajamos igual las horas que tenemos (actualmente). Yo sé que no nos va a beneficiar”, se lamenta Patricia Paillacan, una mesera de 41 años.
América Latina es una de las regiones que donde más horas se trabaja al año y tiene una de las tasas de informalidad laboral más altas, según la Organización por la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
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