Kulture Kiari se convirtió en “influencer” por obra y gracia de su madre Cardi B, quien hace dos semanas dio de alta su cuenta de Instagram, y como resultado de la creación del perfil, la pequeña de dos años sumó 675 mil seguidores en menos de 24 horas.
Este hecho fue criticado por gran parte de los seguidores de la cantante, quienes dejaron comentarios en las fotos de Kiari atacando a Cardi B, a quien llamaron “oportunista” por obtener ganancias a través de la imagen de la niña, otros le pedían respeto a la privacidad de la menor y que no subir contenido como un video en el que se muestra joyas de oro.
Por otro lado algunos seguidores de la también actriz, hicieron evidente que envidian la vida de lujos que tiene Kulture Kiari, ya que las fotos y videos compartidos en su cuenta de Instagram, muestran a la pequeña nadando en una alberca, posando con atuendos extravagantes y divirtiéndose en su costosa primera fiesta de cumpleaños.
Actualmente, la cuenta de Kulture tiene casi 1000 mil seguidores con más de un millón de reproducciones, en sus videos, y más de 300 mil reacciones en las fotografías que están compartidas en el perfil. No obstante, algunos de los fans han hecho la petición de bajar la cuenta, ya que no están diseñadas para menores de edad.
¿Qué pasa con la seguridad de los menores en redes sociales?
Sabemos que internet es arma de doble filo, las fotografías de la pequeña Kiari podrían caer en manos de la pedofilia, explotación infantil e incluso el robo de identidad al exponerla a través de esta plataforma, por lo que esto podría traer consecuencias en la vida de la hija de Cardi B.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 45 % de la población mundial de las niñas y adolescentes que tienen una red social configuran su perfil como privado, mientras que el 30% limitan el acceso de sus seguidores a información personal y cerca del 25% lo establece en modo público.
Además, quienes comparten información personal en su mayoría hacen visible el nombre de la escuela a la que asisten, el número telefónico y lugar donde viven, sin contar que otro porcentaje exhibe su propio rostro al colocar una imagen de perfil con su nombre y apellido. En conclusión, cuanto más pequeños, más propensos son a mostrar cualquier tipo de información sin medir consecuencias.
Con este contexto, Guía Infantil junto con Fundación Alia2, proponen un Código Cibernético para niños con el objetivo de que los menores comprendan y asuman la responsabilidad de compartir sus experiencias en las plataformas digitales.
El Código Cibernético menciona que se debe configurar la navegación en la red de manera que sea más segura para los menores, ya que no todas las personas que están en internet son sus amigos; no publicar información personal (domicilio, edad, número de teléfono). Si cuenta con un teléfono móvil, de desconectar la opción de geolocalización, guardar las conversaciones del chat, estar en contacto con sus padres y siempre tener vigilada la actividad del menor, para poder orientarlo en lo que sí o no debe compartir y con quién.
Asimismo, la fundación sugiere que los padres vigilen la actividad que sus hijos realizan en las redes sociales y brindarles la confianza cuando se sientan en peligro. Los padres tampoco deben compartir fotografías de los menores, o bien, cubrirles el rostro. Cabe señalar que si algún familiar del pequeño sube alguna imagen donde él o ella, puedes pedirle que oculte su identidad.
Lo ideal sería que los niños no tengan redes sociales, o que las tengan a una edad en la que tengan mayor uso de razón y sean responsables y comprendan los riesgos que corren, pero siempre de la mano de sus padres.
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