CD. VICTORIA.- En un escenario de cambios climáticos y sequías prolongadas, la caprinocultura se perfila como el futuro de la ganadería en Tamaulipas, gracias a la resistencia de esta especie de crianza centenaria en la región.
Así lo aseguró el director de Extensionismo Pecuario de la Secretaría de Desarrollo Rural, Pesca y Acuacultura, Eduardo Maraboto Martínez, quien en entrevista para Expreso, destacó que la leche de cabra y sus derivados son una alternativa rentable y sustentable para los productores.
Por tanto, detalló que la producción de cabras en la Entidad estará destinada a ser una actividad de alta rentabilidad a largo plazo, misma que se está impulsando en tiempos actuales.
“Definitivamente sí, la leche de cabra tiene características muy particulares que la hacen cada vez más interesante, es superior a la de vaca por su bondad, ya que tiene una molécula de grasa muy pequeña, lo que permite que las personas alérgicas a la lactosa la consuman sin problema”, afirmó Maraboto.
Un modelo productivo basado en la selección genética
El funcionario explicó que el fortalecimiento de la cabra criolla en el Estado se está llevando a cabo mediante un proceso de selección basado en su productividad y adaptación al entorno.
“Meter una raza de alta genética no es válido como tal, lo correcto es combinar la genética: al menos cinco octavos deben ser de la cabra criolla por su rusticidad y adaptabilidad, y el resto puede ser de una raza de alta producción”.
Actualmente, el programa de extensionismo pecuario cuenta con 23 técnicos que apoyan a 950 productores caprinos en distintos municipios.
La meta para 2025 es aumentar el impacto en un 30%, lo que significaría un mayor número de beneficiarios y un incremento en la producción caprina.
“En 2024 atendimos un inventario de 12 mil cabras. La intención es llegar a 25 mil en este 2025”, señaló Maraboto.
Más allá de la subsistencia: un negocio rentable
Durante años, la crianza de cabras en el altiplano tamaulipeco fue una actividad de subsistencia, en la que las familias utilizaban la leche, el cabrito y el queso para su alimentación.
Hoy, la producción ha evolucionado hacia un modelo comercial que genera excedentes y permite obtener ingresos significativos.
“Doña Panchita, por ejemplo, ya puede vender cuatro o cinco quesos diarios a 80 o 100 pesos cada uno”.
“Eso significa hasta 500 pesos al día durante 60 o 90 días, lo que representa un ingreso interesante para las familias productoras”.
Erradicar el coyotaje; la misión
Uno de los principales retos del sector es reducir la brecha entre los productores y los consumidores finales, evitando la dependencia de los intermediarios o “coyotes”, quienes compran a precios bajos en zonas rurales y revenden a un costo elevado en los mercados urbanos.
“No es ilegal ni está prohibido, pero queremos darles a los productores una alternativa para que el dinero se quede en sus manos y no en la cadena de distribución”, sostuvo el director.
Y a pesar del potencial de la actividad caprina, un obstáculo importante es la falta de relevo generacional en el campo.
Lo anterior es basado en las nuevas generaciones y su nulo interés en seguir con la labor campirana qué a su ascendencia les permitió forjar un patrimonio.
“No solo en la caprinocultura, en todas las actividades agropecuarias hace falta que las nuevas generaciones se interesen».
“Es un tema que debemos atender con urgencia para garantizar el futuro del sector”.
Ante este hecho el gobierno de Tamaulipas efectúa una campaña de que incide en el valor de la actividad pecuaria, a fin de que los jóvenes vean como algo atractivo (económicamente hablando) la producción de ganado y se evite qué estos dejen sus raíces y tradiciones oara desempeñarse en otros ramos distintos.
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