LINCOLN.- Un caso que a más de uno hará pensar qué anda diciendo en Facebook. Ya es sabido que la información que se comparte con esta red social no es nada privada. Ahora se ve que eso que se comparte, si se da el caso, puede ser utilizado para serias consecuencias legales.
Celeste, una joven de 18 años, así como su madre, Jessica Burgess, enfrentan cargos por aborto ilegal. El Tribunal de Madison, en Nebraska les imputó el delito, cosa que resulta nada sorpresivo, dado el revés que hace unos días dio la Suprema Corte al tema; sin embargo, lo particular de este caso es la fuente de los elementos que las autoridades presentaron para inculpar a las mujeres: mensajes enviados vía Facebook.
De hecho, este caso comenzó antes de la derogación del precedente Roe v Wade. De acuerdo con The Guardian, Facebook entregó los datos de usuario de Celeste y su madre que, desde junio, enfrentaban cargos penales por presuntamente realizar un aborto ilegal. En los mensajes privados que entregó la rede de Mark Zuckerberg, las mujeres discutían sobre cómo obtener píldoras abortivas.
De acuerdo con El País, este caso comenzó en abril pasado, cuando a las autoridades de Nebraska les llegó una denuncia anónima acusando que Celeste, en ese entonces de 17 años, había sido vista tomando una píldora abortiva. Las investigaciones llevaron a que en junio, madre e hija, fueran acusadas de sustracción, ocultación o abandono de un cuerpo (delito considerado grave) y ocultar la muerte de otra persona y denuncia falsa (ambos, delitos menores).
Con las imputaciones en contra, los investigadores pidieron información privada a Facebook… y los encargados de la red social la entregaron: fotos, audios, mensajes privados e, incluso, información de una cuenta. Con eso, las autoridades tuvieron suficiente para comprobar que, en efecto, el aborto se había realizado en la semana 23 del embarazo de Celeste, cuando en Nebraska está prohibido al pasar la semana 20.
Según The Guardian, Facebook aclara que, al recibir la solicitud de información de parte de las autoridades, no se mencionó que fuera por un caso de aborto. Simplemente se les indicó que era para la investigación del caso de “un bebé que nació muerto”.
“Las órdenes iban acompañadas de órdenes de confidencialidad, lo que nos impedía compartir información sobre ellas. Las órdenes ahora han sido levantadas”, explicó Andy Stone, portavoz de Meta.
Activistas en defensa de la privacidad en redes consultados por The Guardian señalaron que una de las únicas formas en que las empresas tecnológicas pueden evitar entregar a las autoridades es no almacenarlos en absoluto.
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